A un año de la gestión de Javier Milei: ajuste, recortes y una brecha en la justicia social
El primer año de gestión de Javier Milei estuvo marcado por drásticos recortes en el gasto público que golpearon a las provincias, como Santa Fe, afectando subsidios al transporte, jubilaciones e incentivos docentes. La promesa de equilibrio fiscal se alcanzó a costa de profundizar desigualdades sociales y frenar el desarrollo productivo.
POLITICA INTERIOR
Julian Pereyra
12/9/20243 min read
A un año de la asunción del presidente Javier Milei, el equilibrio político y económico deja más sombras que luces, especialmente en provincias como Santa Fe, que han medido con dureza el impacto de las de ajuste implementadas por la administración libertaria. Las políticas de recorte fiscal, enmarcadas en un discurso de austeridad extrema, han puesto en jaque a las finanzas públicas provinciales y profundizado desigualdades en sectores clave.
Un Estado reducido al mínimo
La estrategia de Milei para alcanzar el equilibrio fiscal se basó en un drástico recorte del gasto público, con la consigna de “achicar el Estado para agrandar la Nación”. Sin embargo, en la práctica, esto significó la eliminación casi total de recursos esenciales. Subsidios al transporte, fondos para la Caja de Jubilaciones, incentivos docentes y transferencias no automáticas fueron algunas de las partidas eliminadas. En Santa Fe, estos ajustes obligaron al gobierno de Maximiliano Pullaro a tomar decisiones difíciles, como la reforma del sistema jubilatorio para reducir el déficit, sin que estas medidas lograrán compensar todo la pérdida de recursos.
Pablo O
Los sectores más afectados
La reducción de las transferencias no automáticas afectó especialmente a áreas sensibles como la educación, el transporte y la asistencia social, sectores donde las brechas de desigualdad se profundizaron. El enfriamiento del consumo interno, sumado al aumento de la pobreza y la indigencia, generó un contexto en el que la población
Mientras tanto, la tan anunciada “destrucción del Estado desde adentro” por parte del presidente Milei parece haber derivado en una gestión que prioriza objetivos fiscales sobre derechos sociales. En provincias como Santa Fe, donde el gobernador Pullaro busca posicionarse a la región como el motor productivo del país, el desafío ha sido mantener el equilibrio entre ajuste fiscal y desarrollo social.
El impacto productivo y las rutas de la discordia.
El ministro de Desarrollo Productivo de Santa Fe, Gustavo Puccini, destacó momentos de tensión con el gobierno nacional, como el intento de imponer retenciones a las exportaciones agroindustriales, que finalmente fue descartado tras intensas negociaciones. Sin embargo, señaló que uno de los mayores fracasos en la relación con la Nación ha sido la falta de avances en la cesión de rutas nacionales, un reclamo clave para mejorar la infraestructura vial y reducir los accidentes.
“La negativa del gobierno nacional a ceder las rutas nacionales demuestra una falta de compromiso con las demandas de las provincias”, afirmó Puccini, quien subrayó que los esfuerzos de Santa Fe por sostener su economía han chocado con trabas burocráticas y la ausencia de una visión. de desarrollo federal por parte de la gestión nacional.
¿Un modelo sin justicia social?
Aunque el gobierno de Javier Milei se presentó como un cambio drástico en el manejo de la economía, a un año de su mandato queda claro que las promesas de libertad y progreso no han alcanzado a los sectores más vulnerables. La ausencia de políticas que garanticen igualdad de oportunidades, sumada al desmantelamiento de servicios públicos, ha dejado a provincias como Santa Fe intentando subsistir en un contexto adverso.
Desde el gobierno provincial insisten en la necesidad de un “nuevo contrato social” que combine equilibrio fiscal con desarrollo inclusivo. Sin embargo, la falta de una “pata productiva” en el modelo nacional, como lo definió el ministro Olivares, sigue siendo un obstáculo para lograr resultados que beneficien a todos los argentinos.
A un año de gestión, el balance de Milei refleja un país donde la austeridad no ha sido acompañada de justicia social, dejando en evidencia las tensiones entre un Estado minimalista y las demandas de una sociedad que aún espera soluciones concretas.