Arancelamiento a estudiantes extranjeros: ¿medida real o venta de humo?

El gobierno anunció que estudiantes extranjeros no residentes deberán pagar para estudiar en universidades públicas, pero la realidad es distinta: para inscribirse es obligatorio tener DNI, es decir, ser residente. Los datos exponen la medida como innecesaria e irreal, mientras las urgencias del país siguen sin atención.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Dominguez

12/3/20242 min read

El anuncio del gobierno sobre el arancelamiento de la educación universitaria y la atención sanitaria para extranjeros no residentes ha generado un fuerte debate en las ultimas horas. Según el vocero presidencial, Manuel Adorni, la medida busca "ordenar el sistema y proteger a los ciudadanos argentinos". Sin embargo, un análisis más detallado de la normativa vigente deja en evidencia que este anuncio no es más que una estrategia mediática, ya que resulta prácticamente inviable que un extranjero no residente acceda al sistema universitario público.

El requisito del DNI: el freno legal al "arancelamiento"

Para estudiar en una universidad pública argentina, es obligatorio presentar el Documento Nacional de Identidad (DNI). Este requisito implica que cualquier estudiante debe ser residente en el país, ya sea de manera temporaria o permanente. En otras palabras, un extranjero sin residencia legal en Argentina no puede inscribirse ni cursar en las universidades públicas.

Este hecho fue reafirmado por el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), quien rechazó el anuncio gubernamental y destacó que el sistema educativo universitario argentino ya contempla la residencia como requisito para acceder a la gratuidad. Por lo tanto, la posibilidad de imponer aranceles a "extranjeros no residentes" no solo choca con la lógica administrativa del sistema, sino que se encuentra directamente en conflicto con las normativas actuales.

La confusión sobre el "problema" migratorio en la educación

El gobierno presentó la medida como una respuesta a una supuesta carga desproporcionada que los extranjeros representan para las universidades y el sistema de salud. Sin embargo, los datos no respaldan esta afirmación. Según cifras oficiales, los estudiantes extranjeros en las universidades argentinas representan apenas el 4,1% del total, y una parte significativa de ellos cursa estudios de posgrado, donde el arancelamiento ya es una práctica común en muchos casos.

Además, la Ley de Educación Superior establece claramente la gratuidad de los estudios de grado en las universidades de gestión estatal. Modificar esta disposición implicaría un cambio legislativo, algo que no fue mencionado en el anuncio, lo que refuerza la percepción de que se trata de una medida más simbólica que efectiva.

Salud y "tours sanitarios": otro mito derribado

En cuanto al sistema de salud, el gobierno planteó que el arancelamiento evitaría el llamado "turismo sanitario", pero las estadísticas muestran que los extranjeros no residentes representan menos del 1% de las atenciones en hospitales públicos. Es decir, el impacto real de estas medidas en términos de ahorro fiscal o mejora de los servicios sería insignificante.

Un anuncio sin sustento

El anuncio del gobierno sobre el arancelamiento a extranjeros en educación y salud parece más una maniobra de distracción que una política concreta. Con datos que demuestran su baja incidencia en ambos sistemas y la imposibilidad práctica de implementar estas medidas sin violar normativas vigentes, queda claro que el verdadero objetivo es político: alimentar un discurso que busca responsabilizar a los extranjeros de problemas estructurales que poco tienen que ver con ellos.

En un país donde las urgencias pasan por la inflación, la pobreza y la precarización laboral, este tipo de anuncios sin sustento real no solo son un desvío de la atención, sino también una falta de respeto a los problemas reales que enfrentan los argentinos.