Argentina, bajo tutela: Milei entregó la economía al FMI y al Tesoro de Estados Unidos

Milei entregó el timón económico a Estados Unidos. El FMI vuelve a desembolsar USD 20.000 millones, y como siempre, se lleva el control del plan económico. Caputo promete que “no habrá devaluación”, pero admite un “deslizamiento” de hasta 20%. Puro eufemismo. Están quemando los dólares de los depositantes para sostener un modelo que ya fracasó con Macri. Y según reveló Navarro, el acuerdo con el FMI exige devaluar. ¿Nueva política cambiaria? No. Es la misma receta de siempre, con otro nombre.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Domínguez

4/11/20253 min read

El gobierno de Javier Milei oficializó lo que en los hechos ya era un secreto a voces: la política económica argentina ya no se decide en Buenos Aires, sino en Washington. Con el aval del Fondo Monetario Internacional, y el respaldo político directo del Tesoro de los Estados Unidos, el oficialismo firmó un nuevo endeudamiento de 20.000 millones de dólares que viene con condiciones claras: cambio de rumbo en el tipo de cambio, nuevas metas fiscales, reformas estructurales y, sobre todo, un brutal ajuste encubierto que recae sobre los hombros de los sectores más vulnerables.

Una vez más, como ha ocurrido cada vez que el FMI interviene, el plan económico nacional quedó bajo supervisión externa. Argentina no decide. Se le impone. Y el “león libertario” que prometía soberanía económica, rompió su propio discurso para transformarse en el más obediente de los alumnos del Fondo.

“No es devaluación, es deslizamiento”: el eufemismo como política de Estado

Luis Caputo, el ministro de Economía que ya protagonizó uno de los fracasos más grandes en la historia financiera reciente, salió a anunciar que lo que viene “no es una devaluación”. Lo llamó “deslizamiento cambiario”, y lo acotó en una franja que va del 10% al 20%. Pero, más allá del nombre, el resultado es el mismo: una nueva devaluación del peso argentino, que impactará de lleno en los precios, el poder adquisitivo, y en la ya golpeada economía cotidiana.

Nombrar distinto no cambia la esencia. Es el viejo truco de ponerle otro cartel a la misma receta: ajustar, despreciar la moneda, y cumplir con los dictados del Fondo. Y en este caso, ni siquiera hay margen para la interpretación: según reveló el periodista Roberto Navarro, el propio acuerdo firmado con el FMI incluye una cláusula explícita que exige una devaluación como condición para el desembolso. No hay margen de duda. La mentira oficial está al descubierto.

Caputo 2.0: el regreso del plan que fracasó

El déjà vu es evidente. Caputo está haciendo exactamente lo mismo que hizo en el gobierno de Mauricio Macri: salir al mercado a “planchar” el dólar utilizando los dólares del Banco Central. Pero esos dólares no caen del cielo. Son los depósitos de los argentinos, las reservas que deberían estar protegiendo la economía, no jugando a la ruleta financiera.

El dólar hoy ya cotiza a $1.380, y el gobierno sigue quemando divisas para evitar que se dispare más, mientras la brecha cambiaria vuelve a encender las alarmas. No hay misterio: todos compran, solo uno vende, y ese uno es el Estado argentino, con recursos que no tiene, sostenido por préstamos que hipotecan el futuro.

El “modelo Milei” es, en la práctica, una copia de lo peor del modelo Macri, con los mismos protagonistas y los mismos errores. Solo que ahora, se intenta vestir con discurso libertario lo que en realidad es sumisión total al poder financiero internacional.

¿Quién manda en la Argentina?

La llegada del secretario del Tesoro de Donald Trump, Scott Bessent, no deja lugar a dudas: el poder económico real está del otro lado del hemisferio. Su visita —justo después del anuncio del FMI— es un mensaje político claro. Estados Unidos no solo respalda al gobierno argentino: lo dirige.

En sus propias palabras, Bessent dijo venir a “explorar nuevas formas para profundizar la relación económica entre ambos países” y elogió el “liderazgo audaz” de Milei. Pero lo que se esconde detrás de esos gestos diplomáticos es la pérdida total de autonomía: el nuevo programa del FMI tiene copyright norteamericano, y las decisiones se toman fuera del país.

Una vez más, sin soberanía

El gobierno puede disfrazar los términos, hablar de “nueva política cambiaria”, “deslizamiento” o “apertura del cepo”. Puede presentar como éxito lo que en el fondo es una entrega sistemática del control económico nacional. Pero la realidad no se puede tapar: lo que se está gestando es una nueva etapa de dependencia estructural, con consecuencias concretas sobre los precios, los salarios, la inflación y la pobreza.

La Argentina, una vez más, queda atada a un esquema diseñado por otros, en función de intereses que no son los nuestros. Y mientras Milei se saca fotos en Estados Unidos, y celebra la visita de funcionarios extranjeros, el pueblo argentino sigue pagando el precio de un ajuste brutal, silencioso y cada vez más evidente.

Porque no hay maquillaje que tape lo que está pasando. Porque, como el propio Milei dijo alguna vez, “va a llegar un momento donde la gente se va a morir de hambre y va a decidir algo para no morirse”. Y ese momento, lamentablemente, ya llegó.