Argentina se retira de la OMS: la locura libertaria que nos aísla del mundo

El gobierno de Javier Milei decidió retirar a Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una medida que profundiza el aislamiento internacional del país y pone en riesgo el acceso a vacunas, medicamentos y financiamiento para la salud pública. Esta decisión, impulsada por una obsesión ideológica y un intento de imitar a Trump, deja a millones de argentinos expuestos a futuras crisis sanitarias sin respaldo internacional. Mientras el mundo avanza en cooperación, Argentina elige el camino del abandono y la desprotección.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Dominguez

2/5/20252 min read

Javier Milei lo hizo de nuevo. En su afán por destruir todo lo que encuentra a su paso, el gobierno argentino ha decidido que el país se retire de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sí, así como se lee. Mientras el mundo enfrenta nuevas amenazas sanitarias, Argentina, bajo las órdenes de un presidente que idolatra a Donald Trump y sigue sus pasos sin cuestionar nada, decide alejarse de la cooperación internacional en salud.

El vocero presidencial Manuel Adorni fue el encargado de dar la noticia con su habitual tono cínico, justificando la salida con la excusa de que la OMS “interviene en la soberanía” del país. Como si la salud pública fuera un tema de independencia nacional y no una cuestión de vida o muerte. Como si no dependiéramos de acuerdos internacionales para acceder a vacunas, medicamentos y fondos para enfermedades que afectan a miles de argentinos.

¿Qué significa esta locura?

Salir de la OMS no es solo una declaración política, es una condena a los argentinos. La decisión implica:

Menor acceso a vacunas y medicamentos esenciales a precios reducidos. Porque muchas de las vacunas y tratamientos que el país recibe dependen de convenios con la OMS.

Aislamiento para organismos clave como el Incucai y el Malbrán. Dos instituciones fundamentales para la salud pública que ahora perderán apoyo internacional.

Recorte de fondos para combatir enfermedades transmisibles. Es decir, menos recursos para enfrentar brotes de dengue, tuberculosis, HIV y otras enfermedades.

Sin asistencia en emergencias sanitarias y catástrofes naturales. Cuando el país necesite ayuda ante una crisis sanitaria, estará solo.

Milei, con su enfermiza obsesión por copiar a Trump, está llevando a Argentina a un aislamiento total. Primero fue el retiro de la UNASUR, luego el desprecio por el Mercosur, ahora esto. El resultado: un país cada vez más solo, sin aliados y sin respaldo internacional.

Lo peor es que esta decisión se toma en un contexto donde la crisis económica golpea con fuerza y donde la salud pública ya está devastada por los recortes y el ajuste brutal. ¿Cómo se supone que Argentina enfrentará futuras pandemias sin la cooperación internacional? ¿Qué pasará con los medicamentos de alto costo que llegaban a través de la OMS?

La respuesta es simple: a Milei no le importa. Su único objetivo es destruir. No hay plan, no hay estrategia, solo la obsesión por seguir la agenda de la extrema derecha global, aunque eso implique condenar a millones de argentinos a la desprotección sanitaria.

Esta no es una decisión menor. Es un paso más en el desmantelamiento del Estado, un golpe directo a la salud pública y otra demostración de que este gobierno no tiene límites en su delirio ideológico. Mientras en otros países los gobiernos trabajan por mejorar el acceso a la salud, en Argentina decidimos alejarnos de la cooperación internacional y cerrar las puertas al mundo.

Cuando llegue la próxima crisis sanitaria, cuando falten medicamentos, cuando se necesite ayuda urgente y no haya a quién recurrir, recordemos quién tomó esta decisión. Y recordemos que el costo de este aislamiento lo pagarán, como siempre, los argentinos más vulnerables.