Contundente victoria de Fuerza Patria en las elecciones: Milei perdió por casi 14 puntos

Fuerza Patria arrasó en las elecciones bonaerenses con casi 14 puntos de diferencia sobre La Libertad Avanza. Un triunfo que fortalece a Axel Kicillof como líder indiscutido y marca un freno contundente al rumbo errático del gobierno de Milei.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Domínguez

9/8/20253 min read

La provincia de Buenos Aires habló con contundencia, y el eco del mensaje todavía retumba en la Casa Rosada. Fuerza Patria se impuso con un arrollador 47,28% de los votos frente al 33,71% de La Libertad Avanza, marcando una diferencia cercana a los 14 puntos. Una derrota aplastante que no solo desnuda el desgaste del gobierno libertario, sino que además posiciona con claridad a Axel Kicillof como el gran ganador de la jornada y como figura central en el mapa político argentino.

Javier Milei jugó todas sus fichas en esta elección bonaerense. Apostó fuerte a “nacionalizar” la contienda, a transformar lo que debía ser una elección legislativa provincial en un plebiscito sobre su gobierno. El mismo que prometió “ponerle el clavo final al cajón del kirchnerismo” terminó clavándose el martillo en los dedos. Y de paso, le regaló al peronismo una de las victorias más resonantes de los últimos años.

El resultado deja expuesta la ingenuidad —o soberbia— de creer que la bronca podía tapar la realidad: una economía asfixiada, salarios pulverizados, jubilados castigados y una gestión que se parece más a un sketch de mal gusto que a un gobierno serio.

El búnker libertario: del “Panic Show” al silencio incómodo

La postal de la derrota fue casi cinematográfica. En el búnker de La Libertad Avanza no sonó Panic Show, ni Milei saltó desaforado como acostumbra. Lo que hubo fue silencio, caras largas y un presidente inexplicablemente apagado. Sin gritos, sin euforia, apenas un discurso mecánico en el que dijo que “no se retrocede ni un milímetro” en el rumbo del gobierno. Como si perder por 14 puntos en la provincia más importante del país fuera apenas un tropezón en la vereda.

Ese contraste —el Milei que prometía epopeyas y terminó escondiendo las manos en los bolsillos— es una muestra más de que la épica libertaria se derrumbó. Y se derrumbó frente a un proyecto político que se organizó, que supo leer el territorio y que se plantó con propuestas concretas en los distritos más populosos.

El mapa político bonaerense: músculo peronista, debilidad libertaria

Los números son claros. Fuerza Patria arrasó en la Tercera Sección Electoral con casi 25 puntos de ventaja, y también mostró solidez en la Primera, Segunda, Cuarta, Séptima y Octava. Solo en la Quinta y Sexta sección los libertarios pudieron rescatar algo de oxígeno. El resto fue un verdadero festival de votos peronistas, con municipios donde la diferencia fue directamente aplastante, como en La Matanza.

Mientras Milei y su troupe hablan de “empate técnico” en discursos vacíos, la realidad es que el mapa bonaerense quedó pintado de celeste y blanco peronista, con una fuerza organizada que no solo defendió su bastión sino que amplió su margen de poder político.

En este escenario, Axel Kicillof emerge no solo como el gobernador fortalecido, sino como un líder con proyección nacional. Su decisión de desdoblar la elección fue clave: permitió que el peronismo jugara su partido en la provincia sin arrastrar el desgaste nacional, y el resultado lo avala.

Kicillof se consolida como el dirigente capaz de ordenar al peronismo, de conducir la resistencia frente al proyecto libertario y, por qué no, de convertirse en una figura presidencial con peso propio rumbo a 2027. En un escenario de crisis, aparece como el rostro de la seriedad, la gestión y la esperanza.

El contraste: un gobierno en decadencia

Del otro lado, Milei y su entorno se muestran desgastados y atravesados por internas feroces. La pelea entre Karina Milei, Luis Caputo y los armadores del PRO expone un oficialismo sin rumbo, más ocupado en buscar culpables que en dar respuestas. Los escándalos de coimas en organismos sensibles como la ANDIS y las acusaciones cruzadas dentro del propio espacio no hacen más que desnudar que aquello de “venir a combatir a la casta” terminó en una caricatura grotesca: la casta se amplió, y ellos se sumaron encantados.

Una victoria con futuro

La contundente victoria de Fuerza Patria en Buenos Aires es más que un golpe a Milei: es la demostración de que hay una alternativa política con organización, con liderazgo y con futuro. Que mientras el oficialismo se consume en peleas internas y discursos vacíos, existe un proyecto que sabe hablarle a la gente, que tiene gestión y que representa una salida real.

Porque la elección en la provincia no fue solo un plebiscito a Milei: fue también la confirmación de que el peronismo, lejos de estar en retirada, está vivo, fuerte y proyectado. Y que Axel Kicillof, con esta victoria, se ubica en el centro de ese armado como la figura llamada a liderar lo que viene.

En definitiva: Buenos Aires eligió. Le dijo basta a los delirios de Milei y abrió una ventana de esperanza en medio de la tormenta. Una señal de que el futuro no se construye con gritos ni con excusas, sino con trabajo, organización y convicción. Y en ese camino, Fuerza Patria y Kicillof demostraron que están listos para conducirlo.