Corte masivo de gas en 7 provincias: el costo real del plan Milei
Una postal que parecía lejana en el tiempo volvió a emerger en pleno invierno de 2025: estaciones de servicio cerradas, industrias paralizadas, comercios sin calefacción y ciudadanos del interior soportando temperaturas bajo cero sin gas natural. Siete provincias quedaron sin suministro de GNC y con restricciones severas en el consumo de gas domiciliario. ¿La causa? No es una catástrofe natural, sino una decisión política: el ajuste brutal del gobierno de Javier Milei.
POLITICA INTERIOR
Jazmin Ortellado
7/4/20251 min read


Durante meses, la administración libertaria recortó inversiones clave, desfinanció organismos públicos y paralizó pagos esenciales a empresas proveedoras. El resultado está a la vista: un sistema energético colapsado que no puede garantizar lo básico. El Presidente que prometía "eficiencia de mercado" y "fin de la casta" ahora deja al pueblo expuesto a un desabastecimiento digno de un Estado fallido.
Este colapso no es una sorpresa. Técnicos del sector energético advirtieron reiteradamente que, sin inversiones en infraestructura ni contratos asegurados de provisión (como el gas importado de Bolivia), el sistema no resistiría la llegada del invierno. Pero el gobierno eligió ignorar las alertas en nombre de un dogmatismo fiscal que hoy se paga con frío, pérdidas económicas y riesgo sanitario.
En medio de esta emergencia, Milei no ofrece respuestas concretas. El relato oficial culpa a la "herencia recibida", al "Estado elefante" o incluso a las condiciones climáticas. Pero la verdad es que este gobierno tuvo tiempo, recursos y poder político para actuar, y eligió no hacerlo. Hoy vemos las consecuencias del ajuste sin planificación: un país fragmentado donde las provincias del interior, una vez más, pagan los platos rotos del centralismo porteño y la desidia nacional.
¿De qué sirve tener superávit si no hay gas en las casas, si las industrias frenan la producción y si los hospitales deben racionar energía? Milei prometió "libertad", pero está dejando a millones de argentinos a la intemperie. Literalmente.