El ajuste brutal de Milei: condena al interior al abandono total

El gobierno de Javier Milei cerró 2024 con una política de ajuste fiscal que dejó profundas cicatrices en las provincias del interior, evidenciando su desprecio por el desarrollo federal y la equidad territorial

POLITICA INTERIOR

Federica Perez

1/7/20252 min read

Entre los casos más alarmantes, se destaca el brutal recorte del 95,9% en las transferencias discrecionales hacia Formosa, que apenas recibió $5.649 millones en todo el año, lo que equivale a un promedio de $9.300 por habitante. Esta cifra contrasta dramáticamente con el promedio nacional de $31.540 y refleja una centralización de recursos que profundiza las desigualdades.

Mientras tanto, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se vio beneficiada con $652.810 millones en transferencias, lo que representa un promedio per cápita de $209.119. Este trato privilegiado, justificado por una cautelar de la Corte Suprema, intensificó las críticas desde el interior del país, que ve cómo sus recursos son drenados para alimentar una "porteñocracia".

El impacto del ajuste también golpeó con fuerza al resto de las provincias del NEA. Chaco y Corrientes registraron caídas del 87,9% y 84,4% en términos reales, respectivamente. Estas reducciones drásticas paralizan el desarrollo de las economías regionales, ponen en riesgo servicios esenciales y acentúan la brecha entre el centro y las periferias del país.

La concentración de recursos en CABA y el desamparo del interior revelan el verdadero rostro del modelo de ajuste que propone Milei: un proyecto que favorece a los más poderosos y relega al olvido a quienes más necesitan del Estado. Las transferencias discrecionales son más que simples números en un presupuesto; son la herramienta que permite equilibrar desigualdades estructurales y garantizar oportunidades a lo largo y ancho del territorio nacional. Su desmantelamiento pone en jaque el sueño de una Argentina federal y solidaria.

En Formosa, las consecuencias del recorte se traducen en hospitales sin insumos, escuelas que carecen de infraestructura adecuada y obras públicas detenidas, dejando a miles de familias en la incertidumbre. Este panorama obliga a Gildo Insfrán a redoblar esfuerzos para sostener el aparato estatal y mitigar el impacto de las políticas nacionales, en un contexto de recursos cada vez más escasos.

Las medidas del presidente Milei representan un retroceso histórico para las provincias del interior y una traición al pacto federal que cimenta la unidad nacional. Es urgente que las voces del interior se unan para exigir un modelo de país que no condene a millones de argentinos al abandono, sino que promueva un desarrollo justo y equitativo para todos. Solo así podremos construir una Argentina donde nadie quede atrás.