El ajuste de Milei no perdona ni el futuro: desfinanciación al sector nuclear
El gobierno de Javier Milei prometió una "revolución" en el sector nuclear, pero en la realidad aplicó un brutal ajuste que paralizó los principales proyectos del país. La desfinanciación de la CNEA recortó un 26,9% su presupuesto en 2024 y, de no asignarse fondos extra, caerá un 40% en 2025, dejando en el abandono desarrollos estratégicos como el reactor CAREM y el RA-10. Mientras Milei destruye la soberanía energética y condena a la Argentina al atraso, no tuvo problema en endeudar al país con el FMI por más de 12.000 millones de dólares. Su "revolución" no es más que ajuste, entrega y dependencia.
POLITICA NACIONAL
Por Camila Domínguez
3/21/20252 min read


El gobierno de Javier Milei prometió una revolución en el sector nuclear, pero la única revolución que llevó a cabo fue la del ajuste y la destrucción. Mientras vendía un supuesto plan para abastecer servidores de inteligencia artificial con energía nuclear, en los hechos desfinanció los proyectos más importantes de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), condenando al país al atraso y la dependencia energética. El CAREM y el RA-10, dos desarrollos estratégicos en los que la Argentina había invertido años de trabajo y millones de dólares, fueron paralizados por decisión de un gobierno que no solo ajusta en el presente, sino que hipoteca el futuro.
En 2024, el presupuesto destinado a la CNEA cayó un 26,9% en comparación con 2023. Para 2025, si no se asignan partidas especiales, el recorte alcanzará un brutal 40%, dejando al organismo prácticamente sin capacidad operativa. El impacto es claro: el proyecto CAREM, un reactor modular de vanguardia que podría haber sido un modelo de exportación y soberanía energética, fue directamente cancelado. Se suspendieron contratos, se despidió personal clave y se dejó en la nada un avance del 65% en su desarrollo. Lo mismo ocurre con el RA-10, un reactor multipropósito que podría haber posicionado a Argentina como líder en la producción de radioisótopos y tecnología nuclear, pero que ahora ve su avance estancado.
Este brutal ajuste no es solo un golpe a la ciencia y la tecnología, sino también un mensaje claro: el gobierno de Milei no tiene ningún interés en desarrollar el país. Prefiere depender de multinacionales extranjeras antes que apostar a una industria propia. Prefiere importar lo que podríamos producir. Prefiere regalar el conocimiento argentino antes que invertir en él.
Lo más indignante es que, mientras Milei recorta el presupuesto en ciencia, educación y salud, no tiene ningún problema en tomar más deuda con el FMI. Con el DNU aprobado en el Congreso, su gobierno se endeudó con el Fondo por más de 12.000 millones de dólares, asegurando décadas de condicionamientos, ajuste y pérdida de soberanía. El mismo Milei que en 2019 aseguraba que si él fuera gobierno no caería en el FMI, hoy se arrodilla ante el organismo y nos vende al mejor postor.
Este modelo de país no solo nos empobrece con tarifazos, caída de salarios y destrucción del empleo, sino que también liquida cualquier posibilidad de desarrollo. No hay un solo sector productivo que no haya sido golpeado por la motosierra. La Argentina que construyó tecnología nuclear, satélites y energía renovable está siendo desmantelada por un gobierno que nos quiere convertidos en una colonia financiera.
Lo que Milei llama "libertad" no es otra cosa que entrega. Su "revolución" es puro humo para encubrir un ajuste salvaje que destruye nuestro presente y borra cualquier esperanza de un futuro mejor.