El ajuste que asfixia: jubilados sin medicamentos, oxígeno y dignidad en la Argentina de Milei
En la Argentina de Milei, los jubilados enfrentan un abandono cruel: medicamentos eliminados, cortes de oxígeno y trámites inhumanos que muchos no pueden realizar. Mientras tanto, funcionarios como Caputo mienten descaradamente sobre la pobreza y el gobierno recorta incluso la cobertura a los veteranos de Malvinas. Una muestra desgarradora de un ajuste que prioriza las ganancias sobre la dignidad humana.
POLITICA NACIONAL
Por Camila Dominguez
12/6/20242 min read
La realidad de los jubilados en Argentina alcanza niveles de crueldad que parecen sacados de una pesadilla. En un país donde las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei son presentadas como "necesarias" para "salvar al país", los más vulnerables pagan el precio más alto. Medicamentos que antes eran gratuitos han sido eliminados, trámites interminables que nadie explica y hasta cortes de oxígeno a personas que dependen de él para vivir. Esto no es una exageración: es el día a día de millones de argentinos mayores.
Un jubilado fue notificada recientemente que en Enero PAMI le cortará la provisión de oxígeno, indispensable para respirar. ¿La razón? Un cambio administrativo que exige realizar trámites complejos en línea, justo durante las fiestas de fin de año. Si no logra completarlos a tiempo, el 1° de enero se queda sin oxígeno. No hay margen de error, no hay humanidad. Mientras tanto, las oficinas de PAMI se llenan de jubilados arrastrando tubos de oxígeno, rogando por algo tan básico como un aire para vivir.
Otra escena que desgarra: veteranos de Malvinas enviando cartas documento al PAMI para exigir la restitución de la cobertura total de medicamentos. Estos hombres, que en algún momento fueron considerados héroes nacionales, hoy deben mendigar lo que el gobierno les arrebató.
Y mientras la realidad golpea, los funcionarios de este gobierno desprecian a los jubilados con declaraciones indignantes. Según Caputo, “solo el 11% de los jubilados son pobres”. Una mentira descarada que no resiste el más mínimo análisis, pero que es dicha con la frialdad de quien no tiene idea del sufrimiento que generan sus políticas.
La situación es insostenible. Personas mayores, muchas sin familiares que puedan ayudarlas, se enfrentan a un sistema que les da la espalda. Trámites en línea que no comprenden, largas filas en oficinas para escuchar un "no hay más" y la incertidumbre de si podrán costear los medicamentos que necesitan para vivir. Es desgarrador pensar que estas personas, que trabajaron toda su vida, terminan sus días siendo humilladas por un Estado que decidió darles la espalda.
No podemos dejar de lado el contraste grotesco entre esta realidad y los gestos simbólicos del gobierno. Mientras se eliminan los medicamentos gratuitos para millones de jubilados, las cámaras muestran a funcionarios como Espert donando pañales a hospitales como si ese acto pudiera maquillar la atrocidad de sus políticas. Es una provocación, una burla al sufrimiento de los más vulnerables.
La Argentina de Milei se hunde cada día más en un modelo que prioriza las ganancias de unos pocos sobre la dignidad de todos. La imagen de un jubilado cargando un tubo de oxígeno para no perderlo, de un veterano de guerra reclamando lo que le corresponde, o de una jubilada que debe pedir perdón por no poder marchar debido al dolor físico, no se borrará fácilmente.
Este ajuste no es necesario: es inhumano. Una sociedad que permite que sus mayores mueran sin remedios, sin oxígeno y sin dignidad, está fallando como comunidad. No es solo un problema de política; es un problema de moralidad. Y si no reaccionamos, los que estamos vivos hoy podríamos ser los jubilados olvidados de mañana.