El Asado del Descaro: Mientras la Argentina se hunde, ellos festejan con la nuestra
Javier Milei y su círculo cercano celebraron con un costoso asado financiado con fondos públicos tras vetar la reforma jubilatoria, mientras el 40% de los argentinos vive en la pobreza y los jubilados apenas acceden a medicamentos. Este festín, marcado por el descaro y la corrupción, refleja la creciente desconexión entre el gobierno y el sufrimiento del pueblo en un contexto económico crítico.
POLITICA NACIONAL
Por Camila Dominguez
9/19/20241 min read


En un país donde el 40% de la población vive bajo la línea de la pobreza y los jubilados apenas pueden comprar remedios básicos, Javier Milei y su círculo cercano no dudan en realizar un asado para "festejar" el veto a la reforma jubilatoria. Pero lo más indignante de este nuevo episodio es que, mientras los argentinos nos privamos de lo esencial, ellos lo pagan con nuestra plata.
Según fuentes, el costo del asado fue cubierto por fondos públicos que terminaron en la cuenta de Karina Milei, hermana del presidente, en un acto de descaro que ya sobrepasa cualquier límite de racionalidad. Nos dijeron que lo pagaban con un posnet, cuando la realidad es que, una vez más, todo el dinero termina en las mismas manos, mientras los jubilados apenas pueden costear una tira de ibuprofeno.
Este tipo de espectáculos no solo es una burla a todo el pueblo argentino, sino que se realiza en un contexto alarmante: Argentina será el único país de Sudamérica que no crecerá en 2024. Mientras en otros países de la región se proyecta un leve repunte económico, en Argentina el presupuesto para 2025 ya está condenado al fracaso antes de nacer. Más pobreza, más indigencia y menos inversiones, eso es lo que Milei y su gobierno nos están dejando.
Pero mientras el país se desmorona, ellos brindan con vinos de $9000 y disfrutan de los mejores cortes de carne que la mayoría de los argentinos no podemos ni oler. El goce de la crueldad es evidente: están celebrando sobre el dolor de los propios y ajenos.
Es hora de levantar la voz, de decir basta. No podemos seguir permitiendo que estos actos de corrupción y descaro se normalicen. Cada día que pasa, la grieta entre el pueblo argentino y quienes nos gobiernan se hace más grande, y si no hacemos algo pronto, no quedará nada por salvar.