El cierre de la AFIP deja a miles sin trabajo: el discurso de odio detrás de los festejos libertarios y la pérdida de más de 3.000 empleos

El cierre de la AFIP y su reemplazo por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) provocará el despido de más de 3.000 empleados en todo el país, generando una profunda preocupación entre los afectados. Además de los despidos, la medida ha sido celebrada por grupos libertarios con actos provocativos, como la colocación de una corona de flores en la sede de la AFIP en Rosario, lo que refuerza un preocupante discurso de odio y desprecio hacia los trabajadores del Estado. Este artículo analiza el impacto social y humano detrás de esta polémica decisión del gobierno de Javier Milei.

POLITICA INTERIOR

Armando Ramirez

10/22/20244 min read

La reciente decisión del gobierno de Javier Milei de disolver la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha generado una ola de incertidumbre y preocupación entre los trabajadores de la entidad. Con la creación de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) como reemplazo, se proyectan más de 3.100 despidos a nivel nacional, una medida que afectará a miles de familias y que ha sido fuertemente criticada por los gremios.

Desempleo masivo y temor en los trabajadores

El sindicato que agrupa a los empleados de la AFIP, AEFI, no tardó en expresar su rechazo ante esta medida, declarando el "estado de alerta y movilización". Los trabajadores afectados no solo temen por la pérdida de su empleo, sino también por la desmantelación de un organismo clave en la estructura fiscal del país. En ciudades como Rosario, donde la Dirección General Impositiva (DGI) y la Aduana cuentan con más de 520 empleados, la preocupación es palpable. Estos empleados enfrentan el fantasma del desempleo en un contexto económico ya marcado por la incertidumbre.

Pablo Flores, titular de AEFI, desmintió que los despidos respondan a una necesidad funcional, señalando que la desvinculación masiva "es una estigmatización y persecución política". Según el gremio, no existen ingresos irregulares de personal en la AFIP, y la plantilla se ha mantenido estable desde su creación. Lejos de representar un ahorro efectivo, la eliminación de estos puestos de trabajo podría significar una reducción en la capacidad recaudatoria del Estado, lo que afectaría a los servicios públicos y las finanzas generales.

Festejos con odio: la corona de flores y la retórica libertaria

Lo que ha generado aún más polémica y repudio social ha sido la celebración de algunos grupos libertarios ante el cierre de la AFIP. Este martes, un grupo de simpatizantes del gobierno llevó una corona de flores a la sede de la AFIP en Rosario, en lo que describieron como un “homenaje” por el cierre del organismo. Esta acción, lejos de ser un simple festejo, representa una clara muestra de discurso de odio y provocación hacia los trabajadores que, en su mayoría, se enfrentan a la pérdida de su empleo.

"Es una alegría enorme lo que está pasando. Han perseguido personas y comerciantes. Esto no es provocación", comentó una mujer entrevistada por la prensa, en un intento por justificar el acto. Sin embargo, el simbolismo de llevar una corona de flores —tradicionalmente asociada a la muerte— deja en evidencia un mensaje macabro y cargado de desprecio hacia los empleados del Estado que, hasta ahora, han sido los encargados de la recaudación fiscal del país.

Este tipo de gestos no son aislados. Desde la campaña de Milei, se ha promovido un discurso donde se demoniza al Estado, y particularmente a sus trabajadores, tachándolos de “parásitos” o “ñoquis”. Este lenguaje polarizador, acompañado de actos como el de la corona de flores, refuerza un clima de violencia simbólica que deshumaniza a quienes ejercen funciones públicas y justifica las decisiones gubernamentales que los dejan sin sustento.

Consecuencias de la medida: ¿ahorro o ajuste injusto?

La decisión del gobierno ha sido interpretada por los gremios como un ataque directo a los derechos laborales y una forma de vaciar al Estado en beneficio de los grandes grupos económicos. La medida, que supuestamente apunta a mejorar la eficiencia del aparato recaudatorio, ha sido criticada por priorizar los recortes sobre las personas que, durante años, han contribuido al funcionamiento del sistema tributario.

En su comunicado, el gremio enfatizó que el ajuste no solo se trata de un recorte presupuestario, sino que también responde a una política tributaria que beneficia a los sectores más poderosos del país. Al reducir la estructura de recaudación, se disminuye la capacidad del Estado para garantizar la justicia fiscal, generando una carga más liviana para los grandes capitales mientras se agrava la situación de los sectores más vulnerables.

Movilización y resistencia

Ante la magnitud del anuncio, el sindicato de empleados de la AFIP ha convocado asambleas generales en todo el país, con el objetivo de organizar una respuesta contundente a la medida. Las voces de los trabajadores no solo piden la preservación de sus empleos, sino que denuncian lo que consideran una estrategia de ajuste que desprotege a los sectores laborales y concentra aún más el poder económico en manos de unos pocos.

"Repudiamos el vaciamiento del Estado y una política tributaria que favorece a los grandes grupos económicos", se lee en el comunicado del gremio, que además advierte que la reducción de personal no generará los ahorros que el gobierno promete, sino que afectará la capacidad del Estado para recaudar y administrar fondos de manera eficiente.

Un futuro incierto para miles de trabajadores

La creación de ARCA y la disolución de la AFIP, tal como fue anunciada por el gobierno de Milei, marcará un antes y un después en la estructura fiscal de Argentina. Sin embargo, más allá de los números y los supuestos beneficios económicos, la realidad es que más de 3.000 personas se quedarán sin trabajo en un momento crítico para el país. Con cada despido, no solo se pierden puestos laborales, sino también años de experiencia y conocimiento técnico en una de las áreas más sensibles del funcionamiento estatal.

El festejo libertario con una corona de flores en la puerta de la AFIP no solo refleja una falta de empatía hacia los trabajadores que serán despedidos, sino que también evidencia un discurso de odio que celebra la destrucción del Estado sin considerar las vidas que quedan afectadas por estas decisiones. Mientras los trabajadores luchan por preservar sus empleos, la sociedad argentina se enfrenta a un dilema: ¿hasta qué punto es justificable el ajuste si quienes pagan el precio son las personas más vulnerables?