El cierre del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte: Un pilar de la salud mental que se derrumba por culpa de un gobierno insensible

El cierre del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte, un pilar de 135 años de historia, pone en riesgo a miles de pacientes y deja a 700 trabajadores en la calle. Este artículo analiza la insensibilidad del gobierno al desmantelar instituciones clave mientras ignora las necesidades de la población, recortando recursos a los más vulnerables y desfinanciando la educación. La lucha por la salud mental en Argentina es más urgente que nunca.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Dominguez

10/4/20243 min read

La decisión del gobierno de Javier Milei de cerrar el Hospital Nacional de Salud Mental Lic. Laura Bonaparte es un acto atroz y una muestra más de su absoluta desconexión con la realidad del pueblo argentino. Con más de 135 años de historia, este hospital es un referente y modelo en salud mental en todo el país. Miles de personas encontraron allí la atención que necesitan en momentos críticos de sus vidas, y ahora, por decisión de un gobierno que solo busca destruir, todo ese legado se arroja al abismo.

Este hospital no es solo una institución médica más: es un símbolo de lo que significa un verdadero sistema de salud pública. Fundado en 1889, el Hospital Bonaparte ha sido un pilar en el tratamiento y la contención de trastornos mentales. A lo largo de 2024, ya ha brindado más de 25.000 atenciones. Pero eso no parece importarle a un gobierno cuyo único objetivo es reducir el rol del Estado, incluso si eso significa dejar en el abandono a quienes más necesitan asistencia.

Desde que asumió, el gobierno de Milei no ha impulsado ni una sola política sanitaria que beneficie a los argentinos. No ha lanzado campañas de prevención ni ha implementado programas de salud, pero sí ha sido muy eficaz en desmantelar lo que existía. Cerrar un hospital de esta magnitud, con más de 700 trabajadores que ahora se quedarán en la calle, es una acción cruel y sin precedentes. Peor aún, no se sabe qué sucederá con los pacientes, muchos de los cuales requieren tratamiento continuo y especializado. Este gobierno, que se autoproclamaba como la solución para "salvar a la Argentina", está, en cambio, destruyendo lo poco que queda.

Este cierre no es un hecho aislado, es parte de un patrón de abandono total del bienestar del pueblo. Este gobierno vino a hacer un genocidio social y económico: le sacó la comida a los más pobres y a los jubilados, les quitó los remedios a los enfermos, desfinancia la educación y ahora cierra hospitales. ¿Hasta dónde vamos a permitir que esto continúe? Mientras los más vulnerables sufren, Milei y sus funcionarios siguen adelante con su plan de desmantelamiento, sin el más mínimo reparo por las consecuencias humanas de sus decisiones.

El Hospital Laura Bonaparte es una institución de salud mental vital para miles de argentinos. Desde su fundación, ha sido un lugar de esperanza para aquellos que necesitan ayuda y acompañamiento en momentos de crisis. Cerrarlo no solo deja sin empleo a 700 trabajadores, sino que también despoja a la población de un recurso esencial en salud mental. Pero para este gobierno, eso no es un problema. Para ellos, los hospitales, las escuelas y los programas sociales son obstáculos en su objetivo de "destruir el Estado desde adentro".

No es solo el hospital lo que está en juego: es el derecho de todos los argentinos a acceder a una salud digna, gratuita y de calidad. Cerrar un hospital con más de un siglo de historia es la cúspide de la irresponsabilidad y la insensibilidad de un gobierno que desde el primer día ha dejado claro que no le interesa el bienestar de su pueblo.

El gobierno de Milei se presenta como una fuerza de cambio, pero en realidad es una fuerza de destrucción. No ha hecho más que destrozar programas, desfinanciar la educación, eliminar el apoyo a los más necesitados y, ahora, cerrar hospitales. ¿Cuántos más vamos a permitir que destruyan antes de decir basta? ¿Cuántos más van a quedar en la calle, cuántos pacientes sin atención antes de que frenemos esta locura?

Este gobierno no solo es incompetente, es peligroso. Y los trabajadores del Hospital Laura Bonaparte, que están resistiendo esta medida, no solo están defendiendo sus empleos, sino también el derecho de todos a tener un sistema de salud que funcione. Porque si dejamos que cierren este hospital, ¿qué será lo próximo?