El cinismo de los libertarios: trolls se burlan del suicidio de un trabajador mientras Milei celebra despidos

El intento de suicidio de un trabajador de la ex AFIP revela un alarmante nivel de insensibilidad en ciertos sectores de Argentina. En un momento en el que la precarización y el ajuste afectan de manera devastadora a miles, algunos celebran los despidos y la reducción del Estado sin considerar el costo humano de estas políticas. Mientras el gobierno enfoca sus esfuerzos en "ahorros" y recortes, los seguidores de estas medidas incluso festejan la desesperación ajena, transformando la crisis en un motivo de burla. ¿Hasta cuándo se priorizarán los números sobre las personas?

POLITICA NACIONAL

Por Camila Dominguez

10/25/20243 min read

El cinismo y la falta de empatía de ciertos sectores en Argentina han alcanzado un punto crítico con el reciente intento de suicidio de un trabajador de la ex AFIP, ahora llamado ARCA. Un hecho que en cualquier país con un mínimo de humanidad sería motivo de reflexión, aquí se ha convertido en objeto de burlas y festejos por parte de algunos libertarios. La falta de respeto y apoyo hacia una persona que ha llegado a un estado de desesperación tal que intentó quitarse la vida refleja el grado de insensibilidad que está destruyendo el tejido social.

Mientras el hombre de 33 años lucha por su vida tras el intento, el presidente Javier Milei subió a su cuenta de Instagram una foto celebrando despidos en el Estado, apenas un día después de la tragedia. ¿Cómo es posible que, en medio de una ola de suicidios atribuidos a problemas económicos, un líder político celebre la destrucción de empleos? Al menos cinco trabajadores han perdido la vida recientemente, arrastrados por la angustia de no llegar a fin de mes, y en lugar de reconocer esta tragedia humana, el gobierno y sus seguidores optan por aplaudir recortes y ajustes.

El audio que circula de seguidores libertarios riéndose del incidente no es solo perturbador, sino una muestra de crueldad hacia quienes sufren. Durante un espacio en X (ex Twitter), figuras como Daniel Parisini y Marilú, famosa por sus videos con rosas en oficinas de la ex AFIP, realizaron comentarios despectivos y se burlaron abiertamente del trabajador que intentó suicidarse. ¿Qué tipo de sociedad estamos construyendo cuando el sufrimiento ajeno es motivo de chistes y risas? La precarización de la vida en Argentina ha llegado a un punto intolerable, y la falta de compasión es un síntoma de un problema mucho más profundo.

El ajuste brutal impulsado por el gobierno no solo está destruyendo empleos; está cobrando vidas. La reestructuración de la AFIP, ahora ARCA, ha dejado a miles de trabajadores en la incertidumbre, con recortes del 45% en la estructura y la eliminación de más de 3.100 puestos. La narrativa oficial se centra en la “eficiencia” y los “ahorros presupuestarios”, pero el costo humano de estas decisiones es innegable. No se puede ocultar el dolor de las familias que han perdido a sus seres queridos tras enfrentar un panorama económico cada vez más sombrío.

La respuesta del oficialismo no solo ha sido fría, sino también peligrosa. Daniel Parisini llegó a solicitar un listado de personas para “ocuparse” de quienes critican a los libertarios en redes, en lo que suena más a una caza de brujas que a un debate político democrático. ¿Es esta la Argentina que queremos? ¿Un país donde la represión y la persecución vuelven a ser herramientas para silenciar a los que alzan la voz?

Los cinco suicidios recientes de trabajadores deben ser un punto de inflexión. La indiferencia no es una opción. El ajuste está devorando vidas y derechos, y la celebración de despidos desde el gobierno es una muestra clara de una política que prioriza números fríos sobre la vida de las personas. Es momento de denunciar estas medidas insensibles y exigir un cambio de rumbo. Milei y su gobierno deben dejar de lado los aplausos fáciles y enfrentarse a la realidad: su gestión está destruyendo a quienes más necesitan protección.

Cada vida perdida en esta crisis es una tragedia que no puede ser ignorada. Las políticas de ajuste no pueden seguir cobrando vidas mientras desde el poder se reparten sonrisas. La situación es insostenible y requiere una acción urgente para proteger a los trabajadores y sus familias de la precarización y la desesperación. Es hora de que el gobierno reconozca el valor de cada vida y ponga fin a una agenda de ajuste que solo ha traído dolor y muerte.