El cinismo libertario: su madre pierde los medicamentos, él dice que no entiende "las ideas de la libertad"

El diputado libertario Carlos D'Alessandro desató la indignación al revelar que su propia madre, una jubilada, le reclamó por el despojo de medicamentos que afecta a millones. Con cinismo, respondió que ella "no entiende las ideas de la libertad". Mientras tanto, el presidente Javier Milei gasta millones en viajes de lujo y protege a senadores corruptos como Edgardo Kueider, mientras los jubilados enfrentan el abandono y la desesperación. Un retrato de un gobierno que desprecia a su pueblo y traiciona sus promesas.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Dominguez

12/13/20242 min read

En un gesto que combina crueldad y cinismo, el diputado libertario Carlos D'Alessandro dejó en claro hasta dónde llega la indiferencia del gobierno de Javier Milei. En declaraciones recientes, D'Alessandro confesó que su propia madre, jubilada, le reclamó por el despojo de medicamentos que afecta a millones de adultos mayores. ¿Su respuesta? Descartar las preocupaciones de su madre como producto de su supuesta incapacidad para entender "las ideas de la libertad".

La actitud de D'Alessandro no solo es insultante, sino que también revela una terrible verdad: los libertarios ni siquiera respetan a quienes les dieron la vida. ¿Cómo alguien que desprecia las necesidades de su propia madre puede representar los intereses del pueblo? ¿Qué tipo de "ideas de la libertad" justifican que un jubilado deba elegir entre comer o pagar medicamentos indispensables para sobrevivir?

Mientras tanto, el presidente Milei, el autoproclamado salvador de la república, continúa gastando cifras obscenas de dinero en viajes en aviones privados. Esta vez, un vuelo en un Falcon 900 a Europa costó 407.000 dólares. ¿Esa es la austeridad que prometieron? ¿Así es como el ajuste "lo pagaba la casta y no la gente"?

La realidad es que, mientras recortan medicamentos a los jubilados y abandonan a los más vulnerables, los libertarios no solo defienden a sus propios corruptos, sino que incluso intentan proteger al senador Kueider. En lugar de cumplir con la promesa de erradicar la corrupción, intentan anular su expulsión del Senado.

El descaro de D'Alessandro es solo la punta del iceberg de un gobierno que desprecia a sus ciudadanos. Cuando un diputado es capaz de menospreciar las necesidades de su madre, queda claro que a esta administración no le importa absolutamente nadie. Los jubilados, las familias trabajadoras y los sectores más vulnerables están pagando el precio de unas políticas inhumanas, mientras la "casta libertaria" se enriquece y se protege entre sí.

¿Hasta cuándo se sostendrá esta farsa? Los argentinos ya no pueden tolerar un gobierno que promueve el desprecio, la desigualdad y el abandono sistemático de quienes más lo necesitan.