El dipunarco Espert: avión privado, dólares sucios y vergüenza nacional

José Luis Espert quedó al desnudo: en los papeles del narco Fred Machado aparece una transferencia de 200 mil dólares y hasta reconoció viajar en su avión privado. Una vergüenza nacional que expone cómo el “dipunarco” se codea con criminales mientras sigue al frente de la Comisión de Presupuesto. No podemos naturalizar esta impunidad: hay que echarlo del Congreso ya mismo.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Domínguez

9/30/20253 min read

Lo que salió a la luz en estos días no es un escándalo menor, ni una “opereta”, ni un chisme de pasillo. Es una bomba política y moral que debería sacudirnos a todos los argentinos. José Luis Espert, diputado nacional por La Libertad Avanza y actual presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, quedó expuesto por sus vínculos directos con el narcotráfico.

No lo decimos nosotros, no es un invento del “kirchnerismo”, no es un rumor de redes sociales. Son papeles oficiales de la Justicia de Estados Unidos los que revelan la verdad: el narco Federico “Fred” Machado le transfirió 200 mil dólares a Espert. Sí, leyeron bien: 200 mil dólares, registrados en la contabilidad de una organización criminal internacional dedicada al lavado de dinero y al tráfico de cocaína.

¿Y qué hizo Espert frente a semejante evidencia? Lo de siempre: se hizo el boludo. Balbuceó que todo era una “campaña sucia”, que lo quieren ensuciar porque es “incómodo”. Pero las pruebas están ahí: las planillas contables del IRS (el organismo recaudador norteamericano), donde figura claramente su nombre junto a la transferencia de Machado.

Y no es solo la plata. El propio Espert reconoció públicamente que viajó en un avión privado de Machado. Hay fotos, hay registros, hay videos. Agradeció en un acto “el excelente vuelo” que le brindó el narcotraficante. O sea, no es un invento: él mismo lo admitió. Después intenta hacerse el distraído, como si cualquiera de nosotros se subiera de casualidad a un avión privado de un narco.

La farsa libertaria

Esto no es un caso aislado, ni un error ingenuo. Esto es parte de un modus operandi que ya conocemos. El gobierno libertario que nos vende discursos de “república”, “honestidad” y “patriotismo” termina abrazado a los mismos delincuentes de guante blanco y de guante negro que siempre saquearon este país.

Espert no es un diputado más. Es nada menos que el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, la comisión que define cómo se manejan las cuentas del Estado, qué se recauda y qué se gasta, cómo se financia la economía del país. Un hombre que recibió plata de un narco no puede ni debe manejar los números de la Nación. Es una vergüenza institucional que no tiene comparación.

¿Se imaginan a un narco decidiendo la política fiscal? Bueno, no hace falta imaginarlo: ya está pasando. Porque cuando el que encabeza esa comisión clave está hasta el cuello con vínculos narcos, entonces la política económica queda contaminada desde la raíz.

La indignación que nos debemos

Lo más grave de todo es que no parece escandalizar a nadie en el gobierno. La Libertad Avanza guarda silencio cómplice. Los mismos que gritan contra “la casta” son incapaces de mirar a su alrededor y ver que tienen sentados en sus filas a tipos vinculados con el narcotráfico. Es más, muchos de ellos sabían de estas denuncias desde hace tiempo. ¿Qué hicieron? Nada. Callaron. Encubrieron.

Y mientras tanto, Espert sigue ahí, tranquilo, ocupando un sillón que no le corresponde. Jugando a ser el economista serio, el profesor con corbata, cuando en realidad lo que se reveló es que es un valijero del narco.

No se trata de ideologías ni de grietas. No importa si sos peronista, radical, socialista o libertario. Esto debería indignarnos a todos por igual. Porque estamos hablando de un diputado nacional financiado por el narcotráfico. Y eso es intolerable en cualquier país que se precie de serio.

El límite lo ponemos nosotros

Por eso hay que decirlo claro: Espert no puede seguir en el Congreso. Punto. Su lugar no es representando a los argentinos, mucho menos dirigiendo la Comisión de Presupuesto. Su lugar está en los tribunales, dando explicaciones por cada dólar recibido de manos del narcotráfico.

Este no es un problema de Espert solamente, es un problema de toda la política libertaria que lo protege y lo encubre. Es la prueba más clara de que el supuesto “cambio” no era más que un disfraz para traer al poder a los mismos de siempre, con los mismos vicios y con peores cómplices.

Hoy, como sociedad, tenemos que trazar un límite. No podemos naturalizar que nuestros representantes tengan vínculos con narcos, que viajen en sus aviones, que reciban sus transferencias. No podemos mirar para otro lado como si nada.

Espert debería renunciar ya mismo. Y si no lo hace, el Congreso debería expulsarlo sin titubeos. Porque lo que está en juego no es un nombre ni un partido: es la credibilidad de nuestras instituciones y, sobre todo, la dignidad de nuestro pueblo.

El pueblo argentino merece representantes limpios, no diputados que se codean con criminales. Merecemos un país soberano, no un Congreso que funcione como guarida de valijeros.

Es hora de decirlo con todas las letras: hay que echar a Espert del Congreso ya mismo. No hay lugar para narcos ni para sus cómplices en la política argentina.