El Gobierno de Milei y su cruzada contra la memoria: la demolición del monumento a Osvaldo Bayer
El gobierno libertario de Javier Milei ha dejado en claro, una vez más, su desprecio por la historia, la memoria y la lucha de los trabajadores. Apenas 24 horas después del 24 de marzo, Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, una pala mecánica de Vialidad Nacional arrasó con el monumento dedicado a Osvaldo Bayer en Río Gallegos, Santa Cruz. Un acto de revanchismo ideológico y negacionista que confirma el sesgo autoritario del actual gobierno.
POLITICA INTERIOR
Federica Perez
3/26/20252 min read


Osvaldo Bayer no fue solo un historiador y escritor, fue un militante incansable de los derechos humanos, un faro para las nuevas generaciones que se resisten al olvido. Su trabajo sobre las Huelgas Patagónicas de 1920-1921, plasmado en "La Patagonia rebelde", permitió recuperar la memoria de los 1.500 peones rurales fusilados por exigir condiciones de trabajo dignas. Esa verdad incomoda a los mismos sectores de poder que hoy ocupan la Casa Rosada y que siguen defendiendo la explotación, el saqueo y la represión.
Desde la Comisión por la Memoria de las Huelgas de 1920-1921 denunciaron esta demolición como un acto de revancha histórica, una afrenta contra el pueblo trabajador y un intento de borrar los vestigios de lucha popular. Y no es casualidad: en un contexto donde Milei y su gobierno insisten en desprestigiar las políticas de derechos humanos, donde se reivindica a la dictadura y se denigra a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la destrucción de este monumento se inscribe en una agenda de negación sistemática.
El peronismo siempre tuvo en claro la importancia de la memoria. Juan Domingo Perón lo decía con claridad: "Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla". La demolición del monumento a Bayer es otro intento del mileísmo por desmantelar la identidad nacional, por vaciar de contenido la historia del pueblo argentino y por sembrar un discurso de odio y venganza contra aquellos que lucharon por una patria más justa.
El ataque a la memoria no es casual ni aislado. Es parte de una política más amplia de ajuste, represión y entrega de la soberanía. Mientras se destruyen monumentos a luchadores populares, el gobierno avanza en la precarización laboral, en la privatización de recursos estratégicos y en la criminalización de la protesta. La historia demuestra que los gobiernos que buscan borrar el pasado lo hacen porque temen al futuro, porque saben que cuando el pueblo despierte, no habrá pala mecánica que pueda frenar su voluntad.
El peronismo, como siempre, estará del lado de la memoria, la verdad y la justicia. Porque Bayer no murió, porque su legado vive en cada joven que levanta las banderas de la lucha popular. Y porque, por más que Milei y su gobierno intenten demoler la historia, la memoria es indestructible.