El gobierno manda a golpear jubilados: brutal represión en el Congreso

En una jornada que quedará marcada en la historia, la Policía desató una violenta represión contra jubilados que se manifestaban pacíficamente en el Congreso, en rechazo al veto de Javier Milei. Con el aval silencioso de Patricia Bullrich, las fuerzas de seguridad arremetieron sin piedad contra quienes solo buscaban defender sus derechos. Este es el verdadero rostro de un gobierno que prometía libertad y hoy reprime a los más vulnerables.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Dominguez

8/29/20242 min read

En un acto de extrema violencia y deshumanización, la Policía reprimió brutalmente a un grupo de jubilados que se habían congregado pacíficamente en las inmediaciones del Congreso Nacional para protestar contra el veto del presidente Javier Milei. Estos jubilados, que simplemente buscaban ser escuchados y defender sus derechos básicos, fueron atacados sin piedad, demostrando una vez más la insensibilidad y el desprecio del actual gobierno hacia los sectores más vulnerables de la sociedad.

La escena fue desgarradora. Jubilados, muchos de ellos con dificultades para movilizarse, fueron golpeados y dispersados violentamente por las fuerzas de seguridad, mientras sostenían pancartas y gritaban consignas en defensa de sus derechos. Las imágenes que circulan por las redes sociales son un testimonio impactante de cómo el Estado, bajo las órdenes de Milei y con la complicidad de Patricia Bullrich, ha decidido silenciar las voces de aquellos que deberían ser respetados y cuidados.

La represión no es solo física, sino también simbólica. Mientras Milei celebra su "superávit" trucho, alcanzado a costa de ajustes brutales y recortes que afectan directamente a la vida de millones de argentinos, estos jubilados sufren la consecuencia más cruel: ser olvidados y maltratados por un gobierno que prometió libertad, pero que en la práctica está aniquilando las esperanzas de quienes más han dado por el país.

Las escenas de represión de hoy son la prueba más contundente de que este gobierno no solo está fallando en proteger a sus ciudadanos, sino que activamente está empeorando sus condiciones de vida. ¿Cómo se puede justificar el hecho de que un grupo de jubilados sea reprimido por salir a la calle a pedir lo mínimo indispensable para seguir viviendo? Estos jubilados, muchos de los cuales votaron por Milei y Bullrich con la esperanza de un cambio, hoy ven traicionada esa confianza con palos y gases.

Bullrich, quien ya tiene un largo historial de represiones y mano dura, demuestra una vez más que su "solución" a los problemas sociales es la violencia. No es la primera vez que la Policía, bajo su dirección, actúa con una brutalidad que debería escandalizar a cualquier sociedad que se precie de ser democrática y respetuosa de los derechos humanos. En lugar de escuchar las demandas legítimas de los jubilados, el gobierno decidió reprimirlos, dejando claro que en su agenda no hay lugar para el diálogo ni para el respeto a los derechos básicos de la población.

Es difícil no preguntarse: ¿Hasta cuándo vamos a permitir que esto siga ocurriendo? ¿Cuántas más abuelas y abuelos deberán ser golpeados en las calles por reclamar lo que les corresponde? Esta represión no solo es un ataque a los jubilados, sino un ataque a la dignidad de todos los argentinos. Un ataque que demuestra que, para este gobierno, las vidas de los más vulnerables valen menos que los fríos números de un superávit que solo beneficia a unos pocos.

Hoy, más que nunca, es necesario alzar la voz y solidarizarnos con nuestros jubilados. No podemos permitir que este tipo de atropellos sigan ocurriendo. Es momento de exigir al gobierno que detenga la represión y escuche las demandas de los que, con toda justicia, reclaman por sus derechos. Porque si los jubilados no tienen voz ni defensa, todos estamos en peligro de ser silenciados.