El Gobierno Nacional y el desplome del empleo registrado en Santa Fe
En septiembre de 2024, la provincia registró 13.100 asalariados menos en comparación con noviembre de 2023, marcando una caída interanual del 2,5%.
POLITICA INTERIOR
Julian Pereyra
12/12/20242 min read
La situación laboral en la provincia de Santa Fe arroja un panorama preocupante que pone en el centro de la crítica al Gobierno Nacional. En septiembre de 2024, la provincia registró 13.100 asalariados menos en comparación con noviembre de 2023, marcando una caída interanual del 2,5%. Según el informe de Situación y evolución del trabajo registrado elaborado por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social del Ministerio de Capital Humano, los asalariados registrados pasaron de 522.800 en septiembre de 2023 a 509.700 en el mismo mes de este año.
La situacion de Santa Fe es alarmante. Este deterioro evidencia la falta de estrategias eficaces para sostener y promover el empleo en una provincia clave para la economía del país. Si bien el Gobierno celebra incrementos marginales en el sector privado (+0,2% mensual), omite mencionar que estas mejoras no alcanzan a revertir la caída generalizada en provincias como Santa Fe.
El peso del sector privado en la caída del empleo
A nivel nacional, el sector privado ha sido uno de los más golpeados, con una contracción interanual del 2,4%. Santa Fe, como provincia con una fuerte base industrial y agroexportadora, depende en gran medida de este sector para generar empleo. Sin embargo, la falta de incentivos, el aumento de los costos laborales y las condiciones macroeconómicas adversas parecen haber provocado esta pérdida masiva de puestos de trabajo.
Conclusión: Una deuda pendiente con Santa Fe
La caída del empleo registrado en Santa Fe no es un hecho aislado, sino el reflejo de un problema estructural agravado por la falta de acción del Gobierno Nacional. Si bien se pueden mostrar números globales que sugieren una leve mejoría en el empleo registrado a nivel país, la realidad en provincias como Santa Fe cuenta una historia diferente: desempleo creciente, desigualdades regionales y un sector privado que no logra recuperarse.
El Gobierno no solo tiene la responsabilidad de revertir esta situación, sino también de ofrecer respuestas claras y medidas concretas que permitan reconstruir el tejido laboral de una provincia que es motor económico del país. La inacción no es una opción cuando el trabajo y el bienestar de miles de familias están en juego.