El gobierno y la crisis que no para: la realidad desmiente su discurso
A pesar del relato oficial, los números reflejan una realidad distinta: el consumo masivo cayó drásticamente en julio, mostrando que la recesión no encuentra fondo. Las familias argentinas recurren a sus ahorros para sobrevivir mientras el gobierno prioriza a los especuladores. El impacto de la crisis es evidente, pero las medidas siguen beneficiando a unos pocos, dejando al pueblo en una situación cada vez más desesperante.
POLITICA NACIONAL
Por Camila Dominguez
8/15/20242 min read


El gobierno sigue intentando vender un discurso de estabilidad y crecimiento, pero los números demuestran otra realidad. El consumo masivo se desploma y la recesión parece no tener fin. Según un informe reciente de la consultora privada Focus Market, el consumo masivo en julio cayó un alarmante 10,6% en comparación con el mismo mes del año pasado. Más preocupante aún, esta baja no es solo interanual, sino que también se dio respecto al mes anterior, con una caída del 0,2% frente a junio.
A pesar de las mentiras que intentan instalar desde el gobierno, los datos hablan por sí solos: el poder adquisitivo de los salarios sigue cayendo y las ventas del segmento masivo no repuntan. Mientras el oficialismo insiste en que "la situación está controlada", la realidad es que las familias argentinas ven cómo su capacidad de compra se desvanece día tras día.
El informe detalla cómo el consumo en áreas metropolitanas retrocedió un 6,7% interanual, mientras que en el interior del país la caída fue aún más pronunciada, con un 12,4%. No solo esto, las promociones y descuentos en grandes empresas de consumo masivo abundan, pero no son suficientes para evitar la caída en las ventas. Incluso categorías como congelados e higiene registraron deflación, una señal clara de que ni siquiera los descuentos logran reactivar un mercado que parece estancado.
El drama del ahorro y la necesidad de recurrir a reservas
El problema no es solo la baja en el consumo, sino también el cambio drástico en los hábitos de los argentinos para poder llegar a fin de mes. Según una encuesta del Observatorio de Expectativas del Consumidor, el 57% de las personas admitió haber tenido que utilizar sus ahorros para cubrir gastos mensuales. Este dato refleja el impacto real de la crisis en los bolsillos de la población.
Los argentinos han pasado de intentar ahorrar a gastar lo poco que tenían guardado. La misma encuesta revela que el 58% de los encuestados ha recortado productos esenciales de su canasta de consumo, mientras que el 54% ahora recorre más puntos de venta buscando mejores precios. Ya no se trata solo de ajustar el presupuesto, sino de sobrevivir en una economía que cada vez ahoga más al ciudadano común.
El fracaso de un gobierno que sigue priorizando a unos pocos
Es indignante cómo, mientras el pueblo sufre, el gobierno sigue protegiendo a los especuladores y los grandes capitales. La administración actual no tiene reparos en quemar reservas para asegurarle dólares baratos a los de siempre, mientras la mayoría de los argentinos apenas puede cubrir sus necesidades básicas. Esta política no solo es ineficaz, sino profundamente inmoral.
La realidad demuestra que, lejos de estar "controlada", la crisis no encuentra un piso y el pueblo sigue pagando el precio de las malas decisiones del gobierno. Mientras tanto, los funcionarios siguen apostando a un modelo que solo beneficia a unos pocos, dejando a millones de argentinos cada vez más lejos de una salida.
Es hora de que el gobierno enfrente la verdad y deje de maquillar los datos. Los argentinos no pueden esperar más; es urgente que se implementen políticas reales que favorezcan a quienes más lo necesitan y no a los de siempre. Porque, al final del día, son las familias trabajadoras las que están pagando el costo de una crisis que parece no tener fin.