El Messi de las finanzas juega con otra camiseta: Caputo tiene casi toda su fortuna afuera

Luis “Toto” Caputo, también conocido como “el Messi de las finanzas” según su fan número uno, Javier Milei, acaba de presentar su declaración jurada. Y como era de esperarse, no decepcionó: el 99,96% de su patrimonio está fuera del país. Sí, leíste bien. No es un error de tipeo ni un número sacado de un meme. Es literal. El ministro de Economía, el tipo que diseña el plan económico que vos y yo tenemos que sufrir todos los días, no tiene prácticamente ni una moneda en Argentina.

¿Qué nos dice esto? Que ni el propio Caputo confía en su plan. Mientras te pide que saques tus dólares del colchón, que los metas en el sistema, que apuestes al país, él la ve venir desde Suiza, Miami o vaya uno a saber dónde tiene escondidos sus verdes. Porque claro, como buen tipo que “la ve”, Toto prefiere que la bomba le explote en la cara a otro. A vos, por ejemplo. A mí. A todos. Pero nunca a él ni a sus preciosos dólares offshore, que descansan bien lejos del país al que dice venir a salvar.

Y esto no es una exageración ni una interpretación malintencionada. Es un dato concreto, publicado en su propia declaración jurada. El Messi de las finanzas juega en la Champions… pero con la camiseta de otro país. Ni siquiera se molesta en disimularlo. Nos toma por idiotas. O peor: por rehenes.

Mientras tanto, el mismo gobierno que lo ovaciona veta aumentos a los jubilados, recorta la asistencia a personas con discapacidad, baja retenciones a los grandes del campo y continúa con el ajuste más brutal y regresivo de la historia reciente. Todo para “ordenar la economía”, claro. Pero que la ordenen otros. Que la financien los de siempre. Porque Caputo no confía ni en su propia receta. Pero tranquilo, vos meté los dólares al banco, campeón.

Y si hace unas semanas Toto nos tiraba consejos del tipo “No te lo pierdas, campeón” cuando el dólar estaba “baratito”, hoy le devolvemos el favor:
¡No te lo pierdas, Caputo! ¡Traé la tuya, campeón!

La realidad es esta: tenemos un ministro de Economía que no cree en el país que dirige, y eso no es solo una vergüenza. Es una estafa moral. Porque no se puede pedir confianza cuando uno mismo desconfía. No se puede hablar de amor a la patria con las valijas listas por si algo explota. No se puede ajustar con una mano mientras con la otra se transfiere la plata a una cuenta en el extranjero.

Y así estamos: ellos blindados en dólares, vos con la SUBE sin saldo y los fideos al precio del oro. El plan económico parece diseñado para que se salven los de siempre, mientras la mayoría sobrevive a pulmón. Pero no te preocupes, según ellos, todo va bien. Basta con que creas. Basta con que te sacrifiques.

Y mientras tanto, Caputo se ríe desde afuera. Porque el verdadero plan ya lo cumplió: sacar la suya primero.