El Mundo Imaginario de Javier Milei: ¿Aliado de Trump o títeres en su show político?
En el mundo paralelo que parece haber creado Javier Milei, el presidente de la Argentina se presenta como un gran líder internacional, dispuesto a estrechar lazos con figuras como Donald Trump, con la esperanza de que ese acercamiento le traerá beneficios económicos y políticos. Pero la realidad es otra, y lo que algunos en su entorno consideran un “triunfo estratégico” podría ser, en realidad, un acto de manipulación por parte del magnate estadounidense, un espectáculo político que solo sirve para fortalecer los intereses de los poderosos y dejar a los argentinos en la misma miseria de siempre.
POLITICA NACIONAL
Julian Pereyra
1/21/20252 min read


La reciente presencia de Milei en la toma de posesión de Trump, en un evento donde se mostró más como un fanático en busca de su momento de gloria que como un líder que representa los intereses de su pueblo, es un claro ejemplo de su obsesión por posicionarse en la “liga” de los conservadores internacionales. Con esa misma ansia, busca alinear a la Argentina con figuras de derecha como Trump, Meloni y Netanyahu, sin entender realmente lo que significa este tipo de asociación. Lo que los libertarios parecen ver como una alianza beneficiosa es, en realidad, un juego de marionetas donde el país termina siendo el gran perdedor.
Milei, lejos de buscar el bienestar de los argentinos, parece más interesado en dar la “batalla cultural a escala internacional”, olvidando que la realidad nacional se desangra. Mientras él sigue tejiendo su relato de ser parte de un club de elites globales, el pueblo argentino enfrenta una inflación descontrolada, recortes en salud y educación, y una pobreza que no deja de aumentar. El escenario que dibujan los libertarios, donde creen que la relación con Trump les abrirá las puertas a acuerdos económicos y mayores inversiones extranjeras, es una ilusión construida sobre bases frágiles. Trump, conocido por sus políticas proteccionistas, no está interesado en salvar la economía argentina, sino en ver cómo su país saca provecho de una situación global en constante cambio.
La promesa de los libertarios de que Trump podría ser el gran salvador de la Argentina es, por lo tanto, una falacia. Lo que realmente se está gestando es una relación donde los intereses de los Estados Unidos priman por encima de los de los argentinos. Mientras el presidente de la Argentina se empeña en mostrar su complicidad con Trump, lo que de verdad está haciendo es servir a los intereses de una potencia extranjera, mientras su pueblo sigue luchando con los embates de una crisis económica que no parece tener fin.
¿Realmente creemos que Trump, un hombre que ha demostrado en su mandato ser más un oportunista que un líder preocupado por el bienestar global, vendrá a “salvar” a la Argentina? La respuesta es clara: no. Más bien, será Milei quien se convertirá en un peón más en su juego internacional, con la falsa promesa de que su apoyo traerá prosperidad al país.
La situación es crítica y, mientras el presidente sigue soñando con escenarios de poder internacional, la gente común, los que verdaderamente sufren las consecuencias de sus políticas, están viendo cómo sus vidas se desmoronan. Es hora de dejar de idealizar alianzas vacías y empezar a pensar en los verdaderos intereses de la Argentina, no en los caprichos de un presidente que parece más enfocado en ser parte de un show político que en solucionar los problemas reales del país.
Así, la gran pregunta es: ¿quién está utilizando a quién en esta relación? La historia lo dirá, pero lo que es seguro es que el pueblo argentino no será el que salga beneficiado de este pacto entre dos figuras que parecen más interesados en su propio ego que en el bienestar de la gente.