El país imaginario de Milei: dólar intervenido y más deuda como "hazaña"
El gobierno de Javier Milei enfrenta una crisis cambiaria que desnudó las contradicciones de su modelo económico. Mientras se emiten bonos y se interviene el mercado para frenar el dólar, las promesas de libertad económica y eliminación de impuestos quedan en el aire. A esto se suma el insólito festejo de la posibilidad de endeudarse más con el FMI tras la asunción de Donald Trump, mostrando un rumbo que parece llevar al país al borde del abismo.
POLITICA NACIONAL
Por Julian Pereyra
12/19/20242 min read
El gobierno de Javier Milei vive en un universo paralelo, un país imaginario donde todo parece marchar bien, mientras la realidad económica de Argentina se desmorona a pasos agigantados. En los últimos días, la intervención histórica del Banco Central para contener un dólar desbocado puso al descubierto la fragilidad y el fracaso del modelo que prometía una “libertad” que nunca llegó.
La suba explosiva del dólar blue, que en menos de dos dias escaló 150 pesos, obligó al ministro de Economía Luis "Toto" Caputo a recurrir al Banco Central, el mismo que Milei había prometido destruir. Pero, lejos de cumplir sus grandilocuentes promesas de campaña, terminaron utilizándolo para emitir bonos y manipular el precio del dólar financiero. En su afán por frenar la crisis, llevaron a cabo una intervención “a garrotazos”, jugando con las reservas y apostando, literalmente, con el dinero de todos los argentinos.
Este modelo es una bomba de tiempo. La economía está sostenida con alfileres y el riesgo de un estallido catastrófico está al acecho. Si los grandes tenedores de bonos deciden vender masivamente y pasarse al dólar, el colapso será inminente. Las críticas al modelo no cesan, y con razón. Milei y su equipo parecen vivir en una burbuja, desconectados de la realidad económica y social del país.
En un acto que raya lo surrealista, Milei aseguró que con la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, Argentina podrá tomar más deuda con el FMI. Lo dijo con orgullo, como si endeudar más al país fuera una hazaña digna de celebración. Esta postura no solo es irresponsable, sino también peligrosa. Ya hemos visto las consecuencias devastadoras de una política de endeudamiento sin control, y el pueblo argentino sigue pagando el precio.
Por si esto fuera poco, el gobierno también demostró su incoherencia al anunciar un nuevo “impuesto solidario” que reemplazará al impuesto PAÍS. Durante la campaña, Milei se jactaba de que eliminaría los impuestos y que antes de implementar uno nuevo, se cortaría un brazo. Hoy, esas palabras son solo un eco lejano de una promesa rota. La realidad es que el impuesto del 30% para acceder al dólar oficial o realizar gastos en el exterior sigue vigente, solo que ahora viene disfrazado de solidaridad.
¿Libertad? ¿Libre mercado? Nada de eso. Este gobierno ha demostrado ser igual de intervencionista que aquellos a los que criticaba con vehemencia. El modelo que Milei prometió instaurar se desmorona frente a nuestros ojos, dejando claro que las palabras vacías y las soluciones de fantasía no bastan para enfrentar los desafíos de un país en crisis.
Mientras tanto, los argentinos seguimos siendo testigos de cómo se juega con nuestro futuro. Las decisiones que se toman desde el poder no hacen más que agravar la situación, alimentando un ciclo de promesas incumplidas y medidas desesperadas. La bomba está a punto de estallar, y cuando lo haga, seremos nosotros quienes suframos las consecuencias.