Fiesta en Olivos: Milei Celebra con Diputados Mientras los Jubilados Sufren el Ajuste
Mientras miles de jubilados enfrentan el ajuste y luchan por sobrevivir, el presidente Javier Milei organizó una exclusiva fiesta en Olivos para los diputados que votaron a favor del veto a la reforma jubilatoria. Entre vinos de lujo y asado, los "héroes" del ajuste brindaron, mientras afuera el pueblo siente el peso del recorte. Una celebración que refleja la grieta entre los que gobiernan y los que sufren.
POLITICA NACIONAL
Por Julian Pereyra
9/18/20242 min read
En un acto que generó un profundo rechazo social, el presidente Javier Milei organizó un asado exclusivo en la residencia de Olivos para agasajar a los diputados que votaron a favor de su polémico veto a la nueva fórmula jubilatoria. Mientras miles de argentinos, especialmente jubilados, luchan diariamente por llegar a fin de mes, los llamados "héroes" por el presidente disfrutaron de una ostentosa celebración que contrasta brutalmente con la dura realidad que enfrenta la mayoría del país.
La imagen del presidente, sonriente junto a sus aliados políticos, festejando con vino de $9000 pesos, no tardó en volverse viral. Este gesto ha sido catalogado como una provocación y una falta de respeto para millones de argentinos que sienten cómo se les ha arrebatado uno de los derechos más básicos: una jubilación digna. Afuera de Olivos, una jubilada manifestaba su indignación: “Estoy acá porque hay días que no como. No tienen vergüenza”, mientras en el interior de la residencia oficial se brindaba sobre las penurias del pueblo.
No es solo una cuestión de falta de sensibilidad, sino de goce ante la crueldad. Mientras el veto de Milei privaba a los jubilados de una mejora en sus ingresos, los mismos que tomaron la decisión celebraban con lujos y desdén.
El Diputado Libertario Martín Menem, protagonista de la escena, fue visto siendo atendido por mozos, en una imagen que deja claro el abismo que existe entre los políticos de turno y la realidad del ciudadano de a pie. Mientras tanto, afuera, en las calles, las voces de aquellos que han quedado desamparados por las decisiones del gobierno se alzaban con desesperación.
La grieta, lejos de cerrarse, parece ensancharse. Adentro de Olivos se brindaba por decisiones que perjudican a los más vulnerables; afuera, las protestas de quienes sufren las consecuencias de esas mismas decisiones. "Es la mesa de la traición al pueblo argentino", dicen algunos manifestantes, y no es difícil entender por qué. Los políticos que juraron trabajar por el bienestar del pueblo se muestran cada vez más desconectados de la realidad que enfrentan los argentinos.
Para añadirle sal a la herida, se conoció que tras este asado, el economista Manuel Adorni, uno de los grandes defensores del ajuste, fue ascendido a un cargo que le asegura un salario de $5 millones mensuales. Mientras tanto, un jubilado apenas puede costearse los medicamentos básicos, como una tira de ibuprofeno, cuyo costo equivale al precio del vino que se consumió en Olivos.
El contraste es tan grotesco que resulta inevitable preguntarse si la celebración en Olivos no es más que un símbolo del tipo de gobierno que Javier Milei está llevando adelante. Un gobierno que, como muchos temían, no parece tener intención alguna de reconciliarse con el pueblo. Las decisiones que se toman desde la comodidad de los salones de poder tienen consecuencias directas sobre la vida de quienes están fuera de ellos, y este asado no es más que otra muestra de la desconexión entre quienes ostentan el poder y quienes lo padecen.
En un país donde la pobreza golpea con fuerza, y donde los derechos sociales han sido fuertemente erosionados, la celebración de los "héroes" de Milei es un recordatorio cruel de la dirección en la que se dirige Argentina. Mientras unos festejan, otros luchan por sobrevivir.