Gendarmes en Rosario alzan la voz: una marcha contra el abandono del gobierno de Milei

Este 10 de febrero, Rosario será el epicentro de una movilización que refleja el profundo malestar de una de las fuerzas de seguridad más importantes del país: Gendarmería Nacional. Los gendarmes, quienes a diario se encargan de velar por la seguridad y el orden en las calles, han decidido salir a las calles para reclamar un salario justo, condiciones de vida dignas y un cambio en la postura del gobierno nacional, liderado por Javier Milei. La cita será a las 9:00 a.m. en el Monumento a la Bandera, y la marcha, convocada por familiares y allegados a los efectivos, promete ser un grito de protesta contra el abandono y la indiferencia del oficialismo.

POLITICA INTERIOR

Federica Perez

2/5/20252 min read

La situación de los gendarmes en Rosario y en todo el país ha alcanzado un punto crítico. Tras el pírrico aumento del 3% otorgado en 2024, los efectivos de Gendarmería han visto cómo sus salarios se desvalorizan frente a una inflación desmedida que golpea la economía familiar. “El 40-50% de lo que ganamos se va en alquileres, sin contar otros gastos familiares”, explica Sergio, uno de los gendarmes afectados. Este porcentaje, cada vez más insostenible, refleja la realidad de miles de trabajadores que cumplen con una de las tareas más difíciles y arriesgadas del país.

El petitorio entregado por los gendarmes no deja lugar a dudas: piden una regularización salarial acorde con la realidad económica y sus necesidades básicas. Sin embargo, la respuesta del gobierno de Javier Milei ha sido escasa y tardía. En palabras de los propios efectivos, los aumentos salariales anunciados por el oficialismo no se reflejan en sus cuentas bancarias. A pesar de los anuncios mediáticos y las cifras que el gobierno de turno presenta como avances, en el bolsillo de los gendarmes no hay rastros de esas mejoras prometidas. Y la situación se agrava día a día.

Lo más alarmante de todo esto es que, como ocurre con otras fuerzas de seguridad, los gendarmes no tienen la posibilidad de hacer huelgas ni manifestaciones. Por lo tanto, son sus familias quienes, indignadas por la situación, toman la posta y convocan a esta movilización. Son ellas quienes sienten el peso de la precarización de los salarios, quienes deben soportar la constante angustia de un sistema económico que no da respiro. "Este reclamo va a ser apoyado por nuestras familias, que también sufren las consecuencias de nuestra situación económica", declara Sergio, quien denuncia además que el gobierno de Patricia Bullrich no ha hecho más que ofrecer apoyo legislativo, pero se ha mantenido distante de una mejora sustancial en los sueldos.

El descontento en las filas de Gendarmería no es aislado, sino que responde a un clima generalizado de frustración con la administración de Milei. Los anuncios de aumentos salariales del gobierno se perciben como una burla frente a la dura realidad que viven quienes arriesgan su vida a diario para mantener el orden y la seguridad del pueblo argentino. No hay duda de que el pueblo y los trabajadores de Gendarmería están sintiendo el peso de un gobierno que prioriza otras agendas antes que el bienestar de quienes sostienen la estructura de seguridad del país.

Este 10 de febrero, los gendarmes y sus familias marcharán con una sola consigna: ¡basta de promesas incumplidas! Se movilizarán para exigir lo que les corresponde, no solo como trabajadores, sino como seres humanos que merecen un salario digno, el respeto del Estado y un futuro más justo. En la Plaza de la Bandera, el reclamo será claro: el gobierno de Javier Milei ha ignorado a los que arriesgan todo por la seguridad de los argentinos, y hoy se levanta una vez más la voz en busca de justicia.

La movilización en Rosario no es solo un reclamo local; es un grito de todos los trabajadores de las fuerzas de seguridad del país. Un grito que exige un cambio de rumbo en un país donde, lejos de avanzar hacia la justicia social, los trabajadores siguen siendo los grandes olvidados.