Granja Tres Arroyos: Despidos masivos y el silencio cómplice del gobierno de Milei
Mientras miles de trabajadores y sus familias luchan por defender sus puestos de trabajo en la planta avícola Granja Tres Arroyos en Concepción del Uruguay, el gobierno de Javier Milei sigue demostrando su indiferencia ante la dramática situación social que atraviesan los argentinos. En un contexto de tensión y protesta, los trabajadores enfrentan despidos masivos que amenazan no solo su estabilidad laboral, sino también el tejido económico de toda una comunidad. Y, como siempre, el presidente parece estar más preocupado por los intereses de los grandes empresarios que por el bienestar del pueblo trabajador.
POLITICA INTERIOR
Federica Perez
1/27/20252 min read


Desde el lunes, los gremios y organizaciones sociales se movilizan frente a la planta, exigiendo la reincorporación de los casi 400 trabajadores despedidos de manera injustificada. Estos despidos no son un hecho aislado, sino parte de una política económica que privilegia a las grandes corporaciones y desmantela la industria nacional, dejando a los trabajadores a merced de la precarización y la desocupación.
En un país donde las pymes y las fábricas, como Granja Tres Arroyos, son pilares fundamentales de la economía regional, el gobierno de Milei opta por mirar para otro lado mientras los argentinos se enfrentan a la pérdida de sus fuentes de trabajo. La situación en Concepción del Uruguay no es solo un problema de los trabajadores de esta planta, es un reflejo de lo que está sucediendo a lo largo del país, donde las políticas del gobierno de derecha favorecen a las grandes multinacionales y castigan a la clase trabajadora.
El Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) y el Movimiento Obrero y Social Uruguayense (MOSU) han alzado la voz en defensa de los trabajadores, pero ¿dónde está el gobierno de Milei en todo esto? Mientras la protesta crece y los reclamos se intensifican, el presidente y su gabinete siguen sin tomar medidas concretas para frenar este ajuste salvaje que está afectando a los trabajadores argentinos.
La planta de Granja Tres Arroyos no es solo una fuente de empleo para los obreros, sino también un motor económico para la región. El cierre o la reducción de personal no solo significa un golpe directo a las familias de los trabajadores, sino también a la economía local, a los comercios y a los pequeños productores que dependen de esta actividad para sobrevivir. Sin embargo, el gobierno de Milei sigue sin dar respuestas, y el riesgo de que la situación se agrave crece cada día.
La falta de solidaridad del gobierno con los trabajadores no es nueva. Ya lo vimos con la crisis de empresas como SanCor, donde Milei optó por la indiferencia mientras la industria láctea nacional se desplomaba. Ahora, el mismo panorama se repite en Concepción del Uruguay, con miles de personas luchando por defender sus derechos y su dignidad, mientras un presidente que se autodenomina "el presidente del pueblo" se muestra incapaz de actuar en defensa de quienes sostienen el país con su trabajo.
Es hora de que el gobierno de Milei asuma su responsabilidad y se ponga del lado de los trabajadores.
Las políticas neoliberales que impulsa no solo están destruyendo las fuentes de trabajo, sino que están llevando al país a una crisis social sin precedentes. Es urgente que el gobierno deje de lado sus intereses con las grandes corporaciones y ponga en primer plano las necesidades del pueblo argentino. Las comunidades no pueden seguir soportando los efectos devastadores de un modelo económico que solo beneficia a unos pocos.
El pueblo trabajador está más unido que nunca, y la marcha en defensa de los derechos laborales y sociales está tomando fuerza. Este 1 de febrero, la respuesta será clara: No vamos a permitir que el gobierno de Milei siga adelante con su ataque al trabajo y a la dignidad de los argentinos.