Jubilados al borde del abismo: el devastador impacto de las políticas de Milei

Un jubilado intentó prenderse fuego frente a una sede de PAMI en Córdoba tras no recibir los medicamentos que necesita para vivir, reflejando el abandono total hacia los mayores en la Argentina de Milei. Este acto desesperado, sumado a otro intento de suicidio en la misma ciudad, muestra el impacto devastador de las políticas de ajuste que empujan a los jubilados a la indigencia y la desesperación.

POLITICA INTERIOR

Por Julian Pereyra

12/5/20242 min read

En la Argentina de Javier Milei, los jubilados han sido empujados a un abismo de desesperación que pocos podrían haber imaginado. Hoy, en un hecho que debería sacudir las conciencias de todos, un jubilado de 70 años intentó prenderse fuego frente a una sede de PAMI en Córdoba. Según testigos, el hombre se roció con nafta y estuvo a segundos de prender un encendedor, desesperado porque no podía acceder a los medicamentos que necesita para vivir. Ayer, una jubilada intentó quitarse la vida desde un puente en el centro de la ciudad.

Estas historias no son casos aislados; son el reflejo más crudo de un sistema que ha abandonado a quienes más necesitan protección. Son el resultado directo de las medidas de ajuste despiadadas implementadas por un gobierno que decidió sacar los medicamentos gratuitos del alcance de miles de jubilados. Ahora, para obtenerlos, deben realizar trámites interminables, presentar recetas con meses de anticipación y demostrar que viven en condiciones de indigencia extrema.

La crueldad del ajuste: una sentencia de muerte para los mayores

El 80% de los jubilados argentinos cobra la mínima, una cifra que apenas alcanza para cubrir los gastos básicos. Entre comer, pagar servicios esenciales o comprar medicamentos, muchos se ven obligados a elegir. La indignación crece al saber que, mientras los jubilados se hunden en la pobreza, las políticas del gobierno priorizan la reducción del déficit fiscal a cualquier costo humano. Esta es la Argentina que Milei prometió "liberar", pero que ha terminado por despojar a los más vulnerables de su dignidad y su derecho a la vida.

No se trata solo de cifras, sino de vidas humanas. El hombre que intentó prenderse fuego en Córdoba ya había visitado la sede de PAMI en tres ocasiones previas, buscando una solución que nunca llegó. Su acción desesperada es un grito de auxilio que expone el fracaso absoluto de un sistema que prefiere ignorar a los más vulnerables.

Una sociedad cómplice del abandono

Es imposible no preguntarse: ¿qué votaron aquellos que apoyaron estas políticas? ¿No tienen padres, abuelos, o un mínimo de empatía hacia los mayores que construyeron este país? Lo más trágico es que estas situaciones extremas ocurren en lugares como Córdoba, una provincia donde Milei obtuvo un apoyo abrumador en las elecciones.

¿Es esto lo que imaginaron sus votantes? ¿Un país donde los jubilados deben decidir entre morir de hambre o por falta de medicamentos?

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Estos episodios son la síntesis de una gestión que no solo ha sido ineficiente, sino inhumana. El dolor y la desesperación de los jubilados son el resultado directo de las decisiones de un gobierno que prioriza intereses económicos y políticas de austeridad por encima de la vida de las personas. En la Argentina de Milei, no solo se les quitan los medicamentos; se les arrebata la esperanza.

Este país está gobernado por quienes creen que la vida de un jubilado puede ser medida en términos de costo-beneficio. Pero los números nunca podrán justificar el hecho de que hombres y mujeres, quienes ya han dado todo de sí, sean empujados al límite de su existencia. La Argentina de Milei no es una "libertad"; es una tragedia sin fin.

Es momento de reaccionar, de exigir un cambio antes de que más vidas queden en el camino. No podemos permitir que esto siga ocurriendo. Los jubilados no necesitan caridad ni discursos vacíos; necesitan justicia y dignidad. Y la necesitan ahora.