La carne, un lujo en la Argentina de Milei: otro aumento y otra mentira más
En la Argentina de Milei, la carne se convirtió en un lujo. Con otro aumento del 10%, el asado ya cuesta $12.000 el kilo, y las carnicerías advierten que los precios seguirán subiendo. Mientras el consumo de carne vacuna cae a mínimos históricos, queda en evidencia otra mentira libertaria: la promesa de carne barata y sin impuestos nunca llegó.
POLITICA NACIONAL
Por Julian Pereyra
2/3/20252 min read


La carne, un alimento esencial en la mesa de los argentinos, se sigue encareciendo y cada vez son menos los que pueden darse el lujo de comprarla. Desde este lunes, los precios de los cortes vacunos aumentaron otro 10%, dejando al kilo de asado en la exorbitante cifra de $12.000. Lejos de la promesa libertaria de una carne "barata y sin impuestos", la realidad demuestra lo contrario: el bolsillo de los trabajadores no da más, el consumo de carne tocó mínimos históricos y, por primera vez en la historia, los argentinos comen más pollo que carne vacuna.
Las carnicerías ya advierten que este no será el último incremento, y que en los próximos días podría haber nuevas subas de entre un 5% y un 10% debido a la caída en la oferta de hacienda en el Mercado de Cañuelas. Mientras tanto, los frigoríficos remarcan sus precios sin freno y los consumidores deben elegir entre seguir ajustando su dieta o resignarse a que la carne, un producto tradicional de la cultura argentina, quede fuera de su alcance.
Desde su campaña, Javier Milei prometió una economía desregulada que, según él, llevaría a una reducción de precios gracias a la competencia y la eliminación de impuestos distorsivos. Pero la realidad es que el modelo libertario no hizo más que profundizar la crisis: la carne está más cara que nunca y las carnicerías ven cómo cada día venden menos. El consumo per cápita de carne vacuna cayó a 48,5 kilos anuales, la cifra más baja en 28 años, mientras que el pollo se convirtió en la proteína más elegida, con 49,3 kilos por habitante.
El gobierno de Milei no solo ha fracasado en su promesa de hacer más accesible la carne, sino que ha golpeado directamente al poder adquisitivo de los trabajadores. Con salarios que no alcanzan y una inflación que sigue comiéndose los ingresos, la realidad es clara: en la Argentina de Milei, la carne se convirtió en un privilegio para pocos.