La crueldad hecha política: el Gobierno apela un fallo que ordena entregar medicamentos vitales

El gobierno de Javier Milei toma una decisión cruel e inhumana al apelar un fallo judicial que exigía la entrega inmediata de medicamentos para pacientes oncológicos y con enfermedades raras. En su obsesión por sostener un "déficit cero", el ajuste brutal pone en riesgo la vida de miles de argentinos que dependen de estos tratamientos vitales. Una política que prioriza los números sobre las personas y desmantela el sistema de salud pública, dejando a los más vulnerables completamente desamparados.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Dominguez

1/15/20252 min read

En un acto que roza los límites de la inhumanidad, el Gobierno de Javier Milei decidió apelar el fallo judicial que exigía la entrega inmediata de medicamentos para pacientes oncológicos y con enfermedades raras. Esta decisión, disfrazada de una supuesta búsqueda de "déficit cero", expone una crueldad sin precedentes y pone en riesgo la vida de miles de argentinos que dependen de esos tratamientos para sobrevivir.

El fallo, dirigido a la Dirección Nacional de Asistencia Directa y Compensatoria (DINADIC), ordenaba la regularización urgente de la entrega de medicación a quienes enfrentan enfermedades devastadoras. En lugar de acatarlo, el Gobierno optó por defender su ajuste despiadado, relegando la salud y la dignidad de las personas al último escalón de sus prioridades.

El desfinanciamiento del sistema de salud, que ya alcanza un alarmante 76%, según denuncian desde el Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH, es solo la punta del iceberg. A esto se suma la reciente disolución de direcciones clave para el abordaje de enfermedades como HIV, tuberculosis, lepra y hepatitis, que deja desamparadas a miles de personas que dependían de políticas públicas específicas.

¿Qué clase de gestión elige "defender las cuentas" sobre defender la vida? Los medicamentos oncológicos no son un lujo, son la diferencia entre la vida y la muerte para quienes enfrentan una de las batallas más difíciles de sus vidas. La decisión de apelar este fallo es un recordatorio brutal de que, para este Gobierno, los números en un balance son más importantes que la salud de su pueblo.

El "abrazo a la salud pública" convocado por sociedades científicas, colectivos de pacientes y organizaciones gremiales es una reacción lógica y desesperada ante este ajuste brutal. Es una forma de decirle al Gobierno que los argentinos no van a quedarse callados mientras se juega con sus vidas.

No hay excusa, no hay justificación. Sostener un "déficit cero" sacrificando la vida de los más vulnerables no es una política económica, es una política de exterminio. ¿Cuánto más debemos soportar antes de que la salud deje de ser una variable de ajuste? ¿Cuántas vidas más deberán pender de un hilo para que este Gobierno entienda que gobernar no es recortar, sino garantizar derechos básicos?

La desidia de esta gestión parece no tener límites, pero los argentinos tampoco tienen límites en su lucha. La salud no se negocia, y mucho menos se ajusta.