La indigencia se dispara mientras Milei aumenta su patrimonio: un retrato de la desigualdad que nos ahoga

La situación actual en Argentina es desgarradora. Bajo el gobierno de Javier Milei, la indigencia creció de manera alarmante, con un aumento del 131% en el último año. Lo más triste es que los jóvenes son los más afectados por esta crisis, viendo cómo su futuro se desvanece entre la pobreza extrema y la falta de oportunidades. Mientras tanto, Milei y su gobierno siguen aumentando su patrimonio personal, completamente desconectados del sufrimiento de millones de argentinos. Esta profunda desigualdad es cada vez más difícil de ignorar, y la indignación crece ante el evidente contraste entre el lujo de unos pocos y la miseria de la mayoría.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Dominguez

11/5/20243 min read

La realidad social de Argentina se vuelve cada vez más alarmante, y las cifras no mienten. En el último informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, se evidenció un aumento desmedido de la indigencia en nuestro país, una situación que se ha agravado bajo el gobierno de Javier Milei. Mientras los números indican que la indigencia se ha duplicado en el último año, la única constante en este país parece ser el aumento del patrimonio de quienes gobiernan, sin importarles el sufrimiento del pueblo.

La pobreza, que ya de por sí es un flagelo inaceptable, ha crecido en un 43,3% en solo un año. Pero lo peor de todo es que la indigencia, esa condición de extrema vulnerabilidad, ha aumentado un 131%. Pasamos de 2,6 millones de indigentes a más de 6 millones en menos de 12 meses. ¿Cómo es posible que un país tan rico en recursos naturales, en manos de quienes tienen el poder de cambiar esta situación, siga produciendo estos niveles de miseria?

Y no solo eso: la mayor preocupación es que, en este proceso, los más afectados son los más jóvenes. Un informe específico de la UBA sobre la indigencia juvenil revela que en los últimos seis meses, la pobreza en los jóvenes de entre 14 y 29 años creció un 7,2%. Estos jóvenes, la esperanza de nuestro futuro, son los que más sufren la falta de oportunidades y el abandono de un Estado que prefiere regalar subsidios a grandes empresas antes que garantizar el derecho a un trabajo digno y a una vida saludable.

Mientras tanto, Javier Milei y su gobierno siguen enriqueciendo sus bolsillos a costa del sufrimiento del pueblo. Las imágenes de un presidente que aumenta exponencialmente su patrimonio en tiempos de crisis, mientras millones de argentinos no saben cómo llegar a fin de mes, no hacen más que alimentar una indignación que crece a medida que se profundiza la desigualdad. ¿Cómo es posible que, mientras las familias luchan por tener lo mínimo e indispensable, los que toman las decisiones económicas continúen su escalada de riqueza personal?

Es un golpe directo al corazón ver cómo la pobreza y la indigencia se extienden a pasos agigantados, mientras se desangra el bienestar de millones de compatriotas. Y lo que es aún más doloroso, es que esto ocurre mientras el gobierno de Milei se empeña en recortar derechos y beneficios sociales, demostrando que su único objetivo es beneficiar a un pequeño grupo, dejando atrás a los más vulnerables.

Cada vez más jóvenes se ven obligados a abandonar sus sueños, a conformarse con trabajos precarios o, en el peor de los casos, a caer en la trampa de la pobreza extrema. El sistema está colapsando, pero parece que quienes están en el poder prefieren mirar para otro lado. ¿Qué futuro les espera a estos jóvenes si no hay un cambio de rumbo? ¿Cómo podemos esperar que nuestra sociedad prospere si sus bases, los más jóvenes, son despojadas de su dignidad y esperanza?

No podemos seguir permitiendo que los responsables de esta catástrofe social sigan disfrutando de sus privilegios mientras la mayoría de los argentinos se ahoga en la miseria. Es hora de exigir justicia, de alzar la voz por aquellos que ya no tienen a quién recurrir, por los jóvenes que están siendo condenados a una vida de indigencia. La indignación crece, y con ella, el compromiso de luchar por un país más justo, sin privilegios para unos pocos y con oportunidades para todos.