La intervención directa de Estados Unidos en Argentina: un swap por 20 mil millones atado a las elecciones
La intervención directa de Estados Unidos en Argentina ya es un hecho. Mientras Milei celebra un swap de 20 mil millones de dólares que solo llega si gana las elecciones, Bessent y Washington empiezan a dictar el rumbo económico y hasta se habilita la presencia de tropas en Ushuaia. El gobierno entrega soberanía a cambio de promesas y condiciona el futuro del país. Nunca estuvo tan claro: Patria o Colonia.
POLITICA NACIONAL
Por Camila Domínguez
9/24/20253 min read


Lo que está pasando en la Argentina ya no tiene precedentes. Y no, no es una exageración. Nunca antes un gobierno se mostró tan dispuesto a entregar la soberanía nacional a los pies de una potencia extranjera como lo está haciendo Javier Milei, en su desesperación por sostener un modelo económico que ya fracasó. La escena de estos días lo dice todo: Milei viajó a reunirse con Donald Trump, y lo único que recibió fue, literalmente, un tuit impreso como muestra de respaldo. A cambio de esa vergonzosa foto, el gobierno celebra como si fuera un triunfo que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anuncie una “ayuda” de 20 mil millones de dólares. Pero atención: ese swap de divisas solo se concretará si Milei gana las elecciones de octubre.
Es decir, no estamos hablando de un gesto desinteresado, ni de amistad entre “aliados” como repite Milei con tono servil. Estamos hablando de una injerencia directa de una potencia extranjera en el proceso electoral argentino. Estados Unidos está condicionando el futuro del país al resultado de los comicios. Nunca vimos algo así, tan brutal y tan explícito.
Una ayuda que no es gratis
Solo alguien extremadamente ingenuo —o malintencionado— puede creer que este “rescate” millonario no tiene un costo. El gobierno, en boca de su canciller y de su ministro Caputo, asegura que “no nos pidieron nada a cambio”. ¿En serio? ¿20 mil millones de dólares sin ninguna contraprestación? ¿Debemos creer que el Tesoro norteamericano va a arriesgar semejante cifra por simple simpatía con Milei o por una vaga afinidad ideológica?
La realidad es otra. Estados Unidos jamás da nada gratis. Y aunque no se publique un contrato que diga que Vaca Muerta, la Patagonia o nuestras centrales nucleares pasan a ser propiedad extranjera, lo cierto es que cada préstamo, cada swap, cada supuesto “salvataje” esconde un condicionamiento político, económico y hasta militar. Ya lo estamos viendo: parte de este acuerdo incluye poner fin a las exenciones fiscales para exportadores argentinos, es decir, condicionar incluso la política tributaria de nuestro país.
El fracaso del modelo Milei-Caputo
El trasfondo de todo esto es que el plan económico de Milei y Caputo ya fracasó. El ajuste feroz, la motosierra indiscriminada, la dolarización encubierta y la dependencia del capital especulativo no trajeron la estabilidad prometida. Al contrario: profundizaron la recesión, pulverizaron salarios y generaron una crisis social que ya es insostenible. Ante ese escenario, en lugar de corregir el rumbo, Milei opta por la salida más peligrosa: entregar la soberanía y permitir que otro país defina qué se hace con nuestras finanzas y nuestros recursos.
Por eso no sorprende la euforia casi infantil con la que Milei agradeció a Bessent y a Trump. Porque en su lógica, no importa el costo ni las consecuencias: lo único que le interesa es ganar tiempo y sostener un modelo que solo se mantiene a fuerza de endeudamiento y sumisión.
Intervención electoral y tropas extranjeras
Lo más grave es que esta supuesta ayuda no solo está atada a las elecciones de octubre, sino que ya significa una intervención directa de Estados Unidos en nuestra política interna. El mensaje de Bessent fue clarísimo: “inmediatamente después de la elección comenzaremos a trabajar con el gobierno argentino”. O sea, se inmiscuyen sin pudor en el resultado electoral y actúan como si fueran parte del proceso de decisión sobre quién gobierna en Argentina.
Y como si eso fuera poco, Milei ya abrió las puertas a la presencia de tropas estadounidenses en Ushuaia, un enclave estratégico en el Atlántico Sur. ¿Qué otra prueba necesitamos de que estamos cediendo soberanía a cambio de promesas de financiamiento? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar este gobierno con tal de complacer a Washington?
Patria o Colonia
La disyuntiva nunca fue tan clara. Por primera vez en mucho tiempo, lo que está en juego no es solo un modelo económico, sino la integridad y la independencia de la Nación. Aceptar este tipo de “ayudas” significa hipotecar nuestro futuro y convertirnos en una colonia de los intereses extranjeros.
Milei ya entregó la banda presidencial antes de tiempo: la puso en manos de Trump y del Tesoro de Estados Unidos. La Argentina se encuentra frente a un cruce histórico. El 26 de octubre no solo elegimos autoridades, elegimos destino. O defendemos la Patria, con soberanía y dignidad, o nos resignamos a ser una colonia más bajo la bandera estadounidense.
La elección es nuestra. Y la historia no nos va a perdonar si permitimos que la Patria se venda por un swap y un tuit.