La motosierra contra Rosario: el ajuste de Milei deja a la ciudad sin fondos clave para su desarrollo

Con el Decreto 6/2025, el gobierno de Javier Milei, asestaron un nuevo golpe al interior del país al disolver tres fondos fiduciarios esenciales: el Fideicomiso del Programa de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (Prodaf), el Fondo Fiduciario del Servicio Universal y el Fondo Fiduciario para la Vivienda Social. Entre promesas de eficiencia y discursos vacíos sobre “optimizar recursos”, Rosario y otras ciudades del interior quedan relegadas a su suerte.

POLITICA INTERIOR

Federica Përez

1/6/20251 min read

En Rosario, donde el acceso a la vivienda y la conectividad siguen siendo urgencias diarias, esta decisión tiene consecuencias devastadoras. El Fondo Fiduciario para la Vivienda Social financiaba proyectos como el programa Reconstruir y Casa Propia, que beneficiaban a familias trabajadoras con hogares dignos. Sin estos recursos, decenas de obras quedan paralizadas, afectando no solo a los beneficiarios directos, sino también a trabajadores de la construcción y proveedores locales.

Por otro lado, el Fondo Fiduciario del Servicio Universal había permitido extender la conectividad a localidades rurales y barrios periféricos de Rosario, zonas que hoy ven truncadas sus esperanzas de desarrollo. Mientras Milei promete una “revolución tecnológica”, Rosario enfrenta el riesgo de quedar desconectada y relegada, profundizando las desigualdades con el área metropolitana de Buenos Aires.

La excusa oficial se sostiene en supuestas irregularidades detectadas por la Sigen, pero el trasfondo de esta medida es claro: el ajuste indiscriminado para satisfacer las demandas de los acreedores externos. En lugar de investigar y sancionar a los responsables de las irregularidades, el gobierno opta por cortar los recursos que garantizaban derechos básicos a miles de familias. ¿Quién paga el costo? Como siempre, el pueblo trabajador.

Mientras tanto, la narrativa libertaria de Milei queda al descubierto. Habla de libertad y progreso, pero sus medidas condenan a Rosario y al interior del país a la precariedad y el atraso. Las decisiones del gobierno central, centradas en satisfacer los intereses del poder financiero, evidencian una vez más el abandono sistemático de las provincias.

En una ciudad como Rosario, que ya enfrenta una crisis económica y social sin precedentes, el desmantelamiento de estos fondos representa una declaración de guerra contra el derecho a una vida digna. El ajuste no es contra el despilfarro, como pretende hacer creer el discurso oficial; es contra las oportunidades de desarrollo de millones de argentinos.