Milei elimina impuestos a los autos de lujo mientras recorta medicamentos a jubilados: un gobierno para ricos bancado por los pobres

El gobierno de Javier Milei volvió a mostrar para quiénes gobierna. Mientras miles de jubilados deben resignar medicamentos esenciales porque ya no cuentan con remedios gratuitos, y las familias argentinas lidian con una economía cada vez más asfixiante, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció una medida que desnuda las prioridades de la administración: la eliminación de impuestos para autos de lujo.

A partir de la semana próxima, los vehículos cuyo valor esté entre los 41 y 75 millones de pesos dejarán de pagar la alícuota del 20%, y los autos que superen los 75 millones tendrán una reducción de su carga tributaria del 35% al 18%. Esto representa un ahorro significativo para los sectores más acomodados, que ahora podrán acceder a modelos de alta gama a precios más accesibles, mientras el resto del país se ajusta cada vez más el cinturón.

Una política de exclusión

Mientras se beneficia a los más ricos, los jubilados —que representan uno de los sectores más vulnerables de la población— enfrentan la cruda realidad de la eliminación de los remedios gratuitos y un aumento insuficiente en sus haberes. En febrero, la jubilación mínima apenas superará los 265 mil pesos, una cifra que no alcanza para cubrir siquiera los gastos básicos de alimentación y vivienda, mucho menos para costear tratamientos médicos.

La contradicción es alarmante: un gobierno que justificó su llegada al poder con un discurso de austeridad y promesas de combatir "la casta", ahora implementa políticas que privilegian descaradamente a los sectores más adinerados. Los impuestos que solían aplicarse a estos vehículos de lujo representaban un esfuerzo por equilibrar mínimamente una sociedad ya marcada por profundas desigualdades.

Autos de lujo para algunos, ajustes para todos

Además de beneficiar a quienes pueden desembolsar decenas de millones en autos de alta gama, el gobierno también flexibilizó la importación de motocicletas, reduciendo los requisitos de integración de autopartes nacionales al ensamblaje. Esto afecta directamente a los productores locales y pone en jaque la industria nacional, favoreciendo nuevamente a las empresas importadoras por sobre la mano de obra argentina.

Luis Caputo intentó justificar estas medidas asegurando que "reducirán los precios y aumentarán la oferta", pero la realidad es que estas políticas solo profundizan las desigualdades existentes. En lugar de priorizar necesidades básicas como la salud, la alimentación o la educación, el gobierno de Milei sigue dirigiendo su atención hacia las élites económicas, dejando al resto del país lidiar con los recortes, los aumentos y la falta de inversión en sectores clave.

Un gobierno de ricos para ricos

El discurso "anti-casta" con el que Milei sedujo a tantos votantes quedó una vez más desmentido por los hechos. El ajuste, lejos de tocar a los privilegiados, recae sobre los jubilados, los trabajadores, las familias que luchan por llegar a fin de mes. Mientras tanto, los ricos reciben beneficios fiscales y facilidades que solo refuerzan su posición de privilegio.

La realidad es cruda y evidente: este es un gobierno para ricos, sostenido por los sacrificios de los más pobres. Una administración que elimina impuestos a los autos de lujo mientras recorta medicamentos a quienes más lo necesitan no puede esconder su verdadera naturaleza: un proyecto político al servicio de unos pocos, a costa del bienestar de la mayoría.