Milei Ignora el Desastre Vial en Santa Fe y Ningunea a su Propio Ministro: Caputo en el Fuego Cruzado
A pesar del compromiso asumido por el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, para ceder a la provincia de Santa Fe las rutas A012 y N°11 para su urgente reparación, el presidente Javier Milei ha decidido demorar la firma del decreto necesario. La situación refleja el desinterés del presidente hacia la crisis vial que afecta la productividad de la región y expone la falta de coordinación con su propio equipo. Mientras tanto, las rutas siguen en condiciones deplorables, perjudicando tanto a los ciudadanos como a la economía provincial.
POLITICA INTERIOR
Armando Ramirez
10/21/20243 min read
La desidia del presidente Javier Milei frente a la situación crítica de las rutas en Santa Fe no solo refleja un desinterés profundo por el bienestar de los santafesinos, sino también un desprecio evidente hacia su propio equipo. A pesar de los compromisos asumidos por el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, para ceder dos rutas nacionales a la provincia, la firma que podría aliviar uno de los principales problemas logísticos de la región sigue sin concretarse.
Las rutas A012 y N°11, vitales para el acceso a los puertos del Gran Rosario, están prácticamente intransitables. Estos caminos, fundamentales para la economía agroexportadora de Santa Fe, llevan años sin recibir el mantenimiento adecuado. En este contexto, el gobernador Maximiliano Pullaro ha gestionado intensamente su traspaso a la provincia, con la intención de repararlas y reducir los costos logísticos. Sin embargo, a pesar del entusiasmo y las gestiones avanzadas por Caputo, todo ha quedado empantanado en el despacho presidencial.
La actitud de Milei genera desconcierto y frustración no solo en Santa Fe, sino también entre sus propios funcionarios. Caputo, quien había acordado el traspaso de las rutas tras varias reuniones con el equipo de Pullaro, ahora se encuentra ninguneado. Aunque las conversaciones parecían avanzadas y solo faltaba la firma de un decreto, Milei ha optado por demorar la decisión sin brindar explicaciones claras. Este retraso es más que una cuestión burocrática: es una muestra del desprecio con el que el presidente maneja los asuntos que afectan a millones de personas en una provincia clave para el país.
Las rutas, deterioradas hasta el punto de ser calificadas como "un circuito del Dakar" por funcionarios locales, son una fuente constante de accidentes y embotellamientos que afectan tanto a la población como a la producción nacional. Pullaro, que lleva apenas unos meses en el cargo, ha tenido que tomar medidas urgentes como proveer a la Nación con toneladas de asfalto para reparaciones parciales, pero esto no soluciona el problema de fondo. Sin embargo, el veto implícito de Milei frena cualquier avance real.
La soberbia del presidente en ignorar tanto a los reclamos de Santa Fe como los esfuerzos de Caputo es alarmante. En lugar de dar luz verde a un proyecto que beneficiaría a una de las regiones más productivas del país, Milei ha elegido bloquear el acuerdo, exponiendo una clara desconexión con las necesidades de las provincias. Su postura, centrada en la privatización y la concesión de rutas a empresas, solo parece alentar el caos, mientras las rutas que no forman parte de la Red Federal de Concesiones —como la A012 y la N°11— siguen deteriorándose.
Por su parte, Pullaro, junto con su ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, continúa intentando avanzar en soluciones creativas, incluyendo conversaciones con empresas privadas para financiar las reparaciones. Incluso evalúan un sistema de peaje electrónico que podría aliviar parte de la carga económica, pero sin el respaldo del gobierno nacional, estos esfuerzos parecen condenados al fracaso.
Milei, fiel a su estilo de confrontación y desdén, parece más interesado en imponer su agenda de privatización total que en escuchar las necesidades de las provincias. En este caso, su indiferencia está afectando no solo a Santa Fe, sino también a su propio equipo. El ninguneo hacia Caputo, que había mostrado interés en resolver el problema, es una señal clara de que las decisiones en este gobierno no pasan por el diálogo ni el consenso, sino por el capricho del presidente.
Mientras tanto, las rutas siguen destruidas, los costos logísticos aumentan, y los santafesinos continúan siendo víctimas de una gestión nacional que parece más ocupada en jugar a la política que en resolver los problemas urgentes del país.