Murió el Papa Francisco: el adiós a un argentino que luchó por la justicia social y la dignidad humana
El mundo despide a una de las figuras más influyentes de las últimas décadas. Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, falleció este lunes a los 88 años en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano. Apenas un día antes, se había mostrado por última vez en público, durante la misa de Pascua en la Basílica de San Pedro. Su partida deja un vacío enorme, no solo para la Iglesia Católica, sino para millones de personas que vieron en él a un referente moral, comprometido con los humildes y con una mirada profundamente humanista.
POLITICA NACIONAL
Julian Pereyra
4/21/20252 min read


Nacido en Buenos Aires, formado entre los pasillos del barrio de Flores y el fervor popular de la Argentina peronista, Francisco fue un pontífice atípico. No solo por su origen —el primer papa latinoamericano—, sino por su manera de entender y ejercer el poder: austero, directo, incómodo para los poderosos, pero profundamente cercano al pueblo. Supo llevar al Vaticano los valores de la justicia social, la defensa de los trabajadores, el cuidado de la casa común y una sensibilidad especial por los marginados.
Durante sus años de pontificado, no dudó en alzar la voz contra la desigualdad, el descarte humano y el capitalismo salvaje. Francisco habló de "una economía que mata" y puso a la Iglesia del lado de los más vulnerables. Su mensaje trascendió lo religioso: fue una figura política en el mejor sentido del término, un constructor de puentes, un defensor incansable del diálogo, la paz y la dignidad de cada persona.
Los homenajes a nivel internacional no tardaron en llegar. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lo describió como "un humanista que optó por los pobres, la paz y la igualdad". El presidente brasileño, Lula da Silva, lo recordó como una figura que "propagó el amor, la tolerancia y la solidaridad" en cada gesto y palabra. Hasta el Dalai Lama destacó su entrega al servicio de los demás, y el rey Carlos III expresó estar "profundamente entristecido" por su muerte.
En la Plaza San Pedro, miles de fieles comenzaron a concentrarse desde temprano, movidos por la conmoción y el afecto. Muchos lo describen como un papa que rompió estructuras, que bajó la institución al llano, que escuchó y caminó junto a quienes nunca habían tenido voz en los grandes pasillos del poder eclesiástico.
Para los argentinos, Francisco fue mucho más que un papa. Fue un compatriota que llevó al mundo una forma de entender la fe atravesada por el compromiso social y el amor a la patria. Su diálogo con los curas villeros, su cercanía con referentes de derechos humanos como Estela de Carlotto, y su mirada abierta hacia la comunidad LGBT+ marcaron una Iglesia más inclusiva, más humana.
Su legado será recordado como el de un pastor de mirada tierna pero firme, que nunca esquivó los conflictos cuando se trataba de defender la vida digna de los últimos. Como él mismo dijo en múltiples ocasiones, "la verdadera grandeza se mide por el modo en que tratamos a los más débiles".
Jorge Bergoglio se fue, pero su voz seguirá resonando. En las villas, en las periferias, en cada rincón donde la injusticia aún golpea. Y quizás también, en el corazón de quienes todavía creen que otro mundo —más justo, más solidario, más fraterno— es posible.