Nuevo ataque a los más indefensos: Milei veta la Emergencia Pediátrica y profundiza la crisis del Garrahan
Nuevo ataque al Garrahan: Javier Milei volvió a vetar la Ley de Emergencia Pediátrica, dejando a miles de chicos en riesgo y a los médicos del hospital más importante del país en pie de lucha. En paralelo, también bloqueó el financiamiento universitario, golpeando de lleno a la educación pública. Entre paros, ruidazos y la Marcha Federal que se viene, la sociedad empieza a responder en las calles a un presidente que ajusta donde más duele: en la salud y en el futuro.
POLITICA NACIONAL
Por Camila Domínguez
9/12/20253 min read


Javier Milei volvió a sacar la lapicera de los vetos. Y, como ya es costumbre, no fue contra la “casta” ni contra los privilegiados de siempre. Fue contra los chicos enfermos, los estudiantes y todos aquellos que no tienen lobby, ni cajas millonarias, ni un micrófono en la tele para defenderse. El presidente decidió anular la Ley de Emergencia Pediátrica y el financiamiento universitario, dos herramientas que eran apenas un salvavidas en medio del naufragio de la salud y la educación públicas.
El golpe al Garrahan es brutal. Desde que Milei asumió, más de 240 profesionales abandonaron el hospital. No se fueron porque quisieron, se fueron porque los salarios miserables y el desarme de equipos interdisciplinarios hacen imposible sostener una vida digna. Lo que queda es un sistema exhausto que atiende a chicos con cáncer, leucemia e inmunodeficiencias de todo el país, sin los recursos para garantizar tratamientos vitales. Los médicos lo dicen claro: sin esos fondos, la vida de miles de pacientes queda en riesgo.
Jorge Rossi, jefe de Inmunología Celular, fue tajante: “Nunca vivimos un deterioro como este”. Advirtió que el Garrahan sostiene estudios carísimos que ninguna provincia puede afrontar por su cuenta, y que sin ellos los tratamientos oncológicos se hacen “a ciegas”. Rita Fernández, pediatra con tres décadas en el hospital, fue igual de dura: “Necesitamos soluciones inmediatas, para ayer”. Alejandro Lipcovich, delegado de ATE, convocó a la sociedad a rodear la lucha porque, sin apoyo masivo, la salud pública se derrumba.
La respuesta no se hizo esperar. Paro de 48 horas, ruidazos en la puerta del hospital y la decisión de sumarse a la Marcha Federal del 17. Ese día, el Garrahan caminará junto a sindicatos docentes, universidades nacionales, CTA, UOM, SIPREBA, UTEP y movimientos sociales. Salud y educación en la calle, unidos contra un presidente que veta leyes votadas por mayoría y desprecia la vida de los más vulnerables.
El ataque no es solo contra los hospitales. Las universidades nacionales también están en la mira. El veto al financiamiento universitario es un golpe directo al futuro de miles de estudiantes que ya padecen la asfixia presupuestaria. La Marcha Federal del 17 también será su grito: la educación pública se defiende en las aulas y en las calles.
Mientras tanto, la política se mueve. Los gobernadores de Provincias Unidas repudiaron el veto a los ATN, y en Diputados se convocó a una sesión especial para el miércoles 17. Allí se debatirán los vetos presidenciales, la reforma a la ANDIS (Agencia Nacional de Discapacidad) y la creación de una comisión por el caso del fentanilo contaminado. Como si esto fuera poco, la causa ANDIS avanza y complica aún más al oficialismo, con testimonios que revelan manejos oscuros.
Milei se jacta de “no tranzar con la casta”, pero cada una de sus medidas demuestra lo contrario. El ajuste recae sobre los niños enfermos, los estudiantes, los jubilados y las personas con discapacidad. Los mismos sectores que no tienen cómo defenderse del látigo libertario. El contraste es obsceno: mientras un hospital público lucha por sostener vidas, el presidente firma vetos desde la comodidad de su escritorio.
La pregunta es hasta cuándo se va a tolerar este nivel de cinismo. Porque lo que está en juego no es una disputa ideológica: es la vida de los chicos, el futuro de los jóvenes, la dignidad de los trabajadores. No se trata de números en un Excel ni de la obsesión de Milei con el déficit cero. Se trata de vidas humanas.
La sociedad tiene una respuesta a mano: no naturalizar los ataques, no resignarse al “no hay plata” como excusa eterna. El 17 será una fecha clave. Rodear al Garrahan es salvar vidas. Defender la universidad pública es garantizar futuro. Y salir a la calle es la única manera de frenar a un presidente que parece decidido a gobernar contra los que menos tienen.