Patricia Bullrich y la Falta de Visión ante la Crisis de Seguridad en Rosario
La reciente detención de Lisandro Contreras, un miembro de la nueva camada de narcotraficantes de Rosario, pone de manifiesto no solo el crecimiento de la violencia en esta ciudad, sino también la falta de atención y acción del gobierno de Javier Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
POLITICA INTERIOR
Julian Pereyra
12/16/20242 min read
Mientras la inseguridad se desborda y las bandas criminales reconfiguran el mapa del narcotráfico en Rosario, las respuestas de la ministra y el presidente parecen no estar a la altura de la gravedad de la situación.
La detención de Contreras, un joven de 33 años vinculado al crimen organizado y con un perfil que nada tiene que ver con los clásicos narcotraficantes provenientes de barrios marginales, refleja el auge de una nueva generación de criminales que, además de estar mejor conectados y tener recursos, presentan una organización más sofisticada. En lugar de recurrir a las viejas estructuras de las bandas de la periferia rosarina, estos jóvenes, muchos educados en colegios privados y con un estilo de vida ligado a sectores medios, intentan dominar el negocio de la droga en la ciudad.
Sin embargo, lo más alarmante no es la evolución de las organizaciones criminales, sino la desidia de la ministra Bullrich y su equipo frente a un fenómeno que lleva años golpeando fuertemente a la seguridad de Rosario y de otras localidades del país. Bullrich, quien asumió el cargo con promesas de recuperar el control de la seguridad en las principales ciudades del país, ha demostrado un escaso interés en abordar la creciente crisis en Rosario. La falta de visión y de respuestas eficaces ante el avance de las mafias demuestra que la ministra sigue atrapada en discursos vacíos, sin una estrategia real que contemple la complejidad del problema.
Lo mismo ocurre con el presidente Javier Milei, quien parece tener poca disposición para enfrentar los problemas de fondo que afectan a Rosario, una de las ciudades más golpeadas por la violencia vinculada al narcotráfico. Mientras las bandas como "Los Monos" y "Los Menores" se disputan el control del territorio y las rutas de la droga, Milei sigue sin ofrecer un plan concreto que frene esta expansión. La indiferencia del presidente y de la ministra, quienes siguen centrados en una gestión económica que no contempla la urgencia de la situación, deja a la ciudadanía en un vacío de respuestas.
Lo que ocurre en Rosario es un claro ejemplo de la desconexión entre el gobierno central y las necesidades reales de los ciudadanos. La inseguridad y el avance de las organizaciones criminales no son problemas que puedan resolverse con medidas superficiales o con discursos sin contenido. El país necesita una estrategia integral que contemple tanto la seguridad como las condiciones sociales y económicas que alimentan a estas bandas.
En este contexto, el papel de Patricia Bullrich y Javier Milei está quedando cada vez más expuesto: la falta de visión, el desinterés por los problemas específicos de Rosario y la falta de una estrategia de trabajo común se traducen en una creciente sensación de desamparo en la sociedad argentina. Mientras tanto, los criminales se adaptan y ganan terreno, y la población sigue pagando las consecuencias de una política de seguridad ineficaz.