Persecución judicial contra Formosa: el fallo de la Corte y el ataque a la voluntad popular
El reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional la reelección indefinida en Formosa no es más que un claro ejemplo del lawfare que sectores de la oposición impulsan para socavar gobiernos legítimos y populares como el de Gildo Insfrán
POLITICA INTERIOR
Federica Perez
12/19/20243 min read
La reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia, que declaró inconstitucional la posibilidad de reelección indefinida en Formosa, no puede leerse como un acto aislado. Este fallo, celebrado por una oposición incapaz de ganar elecciones en las urnas, representa un claro ejemplo de lawfare, una estrategia judicial utilizada para perseguir y deslegitimar a los líderes populares.
Formosa, bajo la conducción de Gildo Insfrán desde 1995, ha sido un modelo de desarrollo peronista en el interior del país. Elección tras elección, el pueblo formoseño ha respaldado de manera contundente el proyecto político que ha llevado a la provincia a destacarse en materia de infraestructura, educación, salud y desarrollo social. Este éxito, sin embargo, incomoda a sectores del poder concentrado que, incapaces de construir una alternativa política real, recurren a la Justicia como herramienta de disciplinamiento.
Una decisión ajena a la voluntad popular
El fallo de la Corte Suprema, compuesto por jueces con agendas que responden a intereses porteños, se escuda en principios supuestamente democráticos para limitar el derecho de los formoseños a elegir libremente a sus gobernantes. Argumentan que la reelección indefinida "atenta contra el principio democrático", pero ¿cómo puede haber una amenaza a la democracia cuando un pueblo soberano elige de manera contundente a su líder?
La Constitución formoseña, que permite la reelección sin restricciones, es una norma provincial avalada por el federalismo que consagra nuestra Constitución Nacional. Sin embargo, este fallo desconoce esa autonomía y, al mismo tiempo, ignora que las verdaderas limitaciones al poder deben ser definidas por las urnas, no por jueces alejados de la realidad de las provincias.
Celebración opositora: la muestra de su fracaso político
La oposición en Formosa, carente de propuestas y sin el apoyo necesario para disputar elecciones, ha optado por la judicialización de la política. En lugar de trabajar por ganar la confianza del electorado, se conforma con celebrar un fallo que busca anular el legítimo respaldo que Gildo Insfrán ha recibido durante décadas. Este festejo no es otra cosa que la evidencia de su propia debilidad y de su incapacidad para conectar con las demandas reales de la población.
El fallo de la Corte no es más que un intento de despojar al pueblo formoseño de su derecho a decidir, y se enmarca en una campaña más amplia que apunta a debilitar a los gobiernos provinciales que representan al peronismo en su forma más auténtica y popular.
Formosa resiste: el pueblo defiende su democracia
El modelo de desarrollo impulsado por Gildo Insfrán ha transformado a Formosa en una provincia de oportunidades, inclusión y justicia social. Este proyecto político, avalado por el voto popular, ha demostrado que es posible crecer desde el interior y para el interior, sin depender de las recetas neoliberales que han fracasado una y otra vez en el país.
Hoy, frente a este fallo judicial, el pueblo formoseño reafirma su compromiso con un liderazgo que ha sabido estar a la altura de sus necesidades y esperanzas. Formosa no solo defiende a Gildo Insfrán, sino también el derecho de cada ciudadano a elegir su propio destino sin injerencias externas ni condicionamientos centralistas.
Este ataque no es contra un gobernador: es contra un pueblo que ha decidido levantarse, trabajar y construir su futuro con las herramientas del peronismo. Frente a esta embestida, Formosa no claudica. Al contrario, se fortalece en su convicción de que la voluntad popular no se somete a los caprichos de la política judicial.
Formosa resiste, porque es peronista, porque es federal, y porque su democracia es el pilar de su identidad.