Revés histórico a Milei: el Senado rechazó su veto y marcó un límite a la motosierra

El Senado le dio un revés histórico a Javier Milei al rechazar su veto a la Ley de Emergencia en Discapacidad, algo que no pasaba desde hace 22 años. Fue la fuerza de madres, familias y personas con discapacidad la que logró frenar la crueldad del régimen. Mientras La Libertad Avanza fue el único bloque que votó en contra —es decir, en contra de los más vulnerables—, siguen repitiendo el gastado “no hay plata” mientras las denuncias por coimas salpican a Karina Milei.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Domínguez

9/5/20252 min read

El Senado de la Nación acaba de escribir una página que quedará en la memoria colectiva. Con 63 votos a favor y apenas 7 en contra, se rechazó el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Ese resultado no fue una simple decisión parlamentaria: fue un freno a la crueldad, un cachetazo a la indiferencia y un acto de justicia para miles de familias que venían sufriendo las consecuencias más dolorosas del ajuste.

Lo que ocurrió fue posible gracias a la fuerza de las madres, de los padres, de las familias y de las personas con discapacidad que nunca dejaron de pelear. Durante meses se organizaron, marcharon, visibilizaron sus reclamos, soportaron el ninguneo del Gobierno nacional y resistieron el cinismo de los que repiten como un mantra que “no hay plata”. Fueron ellos quienes sostuvieron la llama encendida hasta torcer una decisión que parecía imposible.

Y sí, si de algo le gusta hablar a Milei es de lo “histórico”. Todo lo suyo, según él, rompe récords. Pero esta vez la historia lo golpeó de frente: hacía 22 años que el Congreso no lograba revertir un veto presidencial. Ni Néstor, ni Cristina, ni Macri, ni Alberto sufrieron un revés de esta magnitud. Fue Milei quien lo padeció, y lo padeció en carne viva, porque su autoritarismo encontró un límite institucional que lo deja marcado.

Lo más indignante es que hasta el último segundo La Libertad Avanza se mantuvo fiel a su desprecio: fueron los únicos que votaron en contra, es decir, votaron en contra de las personas con discapacidad. Ningún eufemismo alcanza para maquillar lo que eso significa. Es una muestra brutal de falta de empatía, un retrato de un oficialismo que no tiene alma y que eligió pararse en la vereda opuesta a quienes más necesitan del Estado.

El “no hay plata” ya no convence a nadie. Porque mientras se recortan terapias, pensiones y prestaciones básicas, los escándalos por coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad y las denuncias sobre los manejos turbios de Karina Milei muestran que plata sí hay, pero va a los bolsillos equivocados. La supuesta “casta” que venían a combatir resultó ser el banquete al que querían sentarse. Usan el aparato estatal como un botín personal, mientras predican sacrificio y ajuste para los demás.

Lo que pasó en el Congreso no es sólo un triunfo parlamentario. Es una señal de que la crueldad tiene un límite. Es la demostración de que la lucha organizada y la presión social pueden doblegar la soberbia del poder. Es un recordatorio de que este país todavía guarda reservas de dignidad, incluso en tiempos oscuros.

De cara al 7 de septiembre, este episodio debería invitarnos a reflexionar. Milei y su gente creen que son dueños del país, que pueden arrasar con derechos y que la sociedad aceptará resignada su motosierra. Pero la votación en el Senado mostró lo contrario: que cuando hay unidad y convicción, se les puede decir basta.

El primer paso para sacar del poder a quienes gobiernan con crueldad es hacerlo en las urnas. El 7 de septiembre no se juega una elección más: se juega la oportunidad de mostrarles que no son invencibles, que no son dueños de la Argentina y que la democracia, por más que intenten doblarla, siempre encuentra la manera de ponerles un límite.