"Tus dólares, tu decisión": la rendición total del Estado ante narcos, evasores y lavadores

El gobierno de Javier Milei presentó un blanqueo masivo disfrazado de “reparación histórica”, que en realidad habilita el ingreso de dólares sin control, sin importar si provienen del narcotráfico, la evasión o el crimen organizado. Bajo el lema “Tus dólares, tu decisión”, el Estado argentino se rinde ante los lavadores mientras castiga con ajuste y represión a jubilados, trabajadores y pymes.

POLITICA NACIONAL

Por Camila Domínguez

5/22/20252 min read

Este jueves, el gobierno nacional anunció con bombos y platillos lo que llamó el “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”. Con esa retórica grandilocuente que ya se volvió costumbre, el vocero Manuel Adorni y el ministro Luis “Toto” Caputo presentaron una medida que no es otra cosa que una rendición total ante los lavadores de dinero, evasores y fugadores seriales. Bajo el slogan “Tus dólares, tu decisión”, el Ejecutivo abrió de par en par la puerta para que ingrese cualquier capital sin importar su origen. Así, la Argentina se transforma oficialmente en un paraíso fiscal del narcotráfico y del crimen organizado.

Es brutal, pero es real. El Gobierno de Javier Milei decidió que no importa si los dólares vienen de la droga, la trata de personas, la corrupción o la evasión. Lo único que importa es que entren. Cueste lo que cueste. Y el precio, como siempre, lo paga el pueblo.

Esta política no sólo es inmoral. Es peligrosa. Es ilegal. Es suicida. Se permite ingresar dinero sin declarar nada, sin explicar origen, sin rendir cuentas. En una Argentina con las reservas del Banco Central por el piso, sin acceso al crédito internacional, con una inflación que sigue horadando el bolsillo y una recesión que devasta el consumo, la desesperación se disfraza de política económica.

Y como si no alcanzara con el cinismo del gobierno, hasta el Fondo Monetario Internacional —sí, el FMIadvirtió que este tipo de blanqueos violan las normas internacionales contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo. Pero a Milei no le importa. Su gobierno sigue apostando a la bicicleta financiera, a los negocios turbios y al capital especulativo, mientras desangra la economía real y castiga al pueblo trabajador.

En nombre de la “libertad”, se premia a quienes escondieron su plata en paraísos fiscales, mientras se ajusta a los jubilados, se despiden empleados públicos, se destruye la salud y la educación pública, y se reprime con gases a quienes protestan por un plato de comida. ¿Qué clase de libertad es esa? ¿La libertad de los narcos para blanquear sus fortunas, pero no la de un jubilado para pedir que le alcance la mínima?

El recuerdo es inevitable. “El que depositó dólares, recibirá dólares”, se decía en 2001. Hoy, en el 2025, Milei propone algo peor: el que se fugó los dólares, recibirá impunidad. Y el que vive de su trabajo, recibirá ajuste, miseria y represión. Cambian las caras, pero la lógica es la misma: blindar al poder económico y aplastar al pueblo.

En esta Argentina distorsionada y feroz, podés lavar guita sin declarar nada, podés traer valijas con dólares manchados de sangre, podés importar productos y fundir pymes locales, podés vaciar el Estado, pero si protestás, te gasean. Si reclamás, sos un terrorista. Esa es la ecuación perversa de un gobierno que construye impunidad para los poderosos y hambre para los que menos tienen.

No podemos naturalizar esta estafa institucional. No podemos quedarnos callados mientras nos convierten en una lavandería a cielo abierto para el narco y la corrupción. No es un “plan”, es una rendición. No es una reparación histórica, es una condena futura.

Defender la dignidad, los derechos y la soberanía económica no puede quedar en manos de quienes lo apuestan todo a la fuga y la represión. Es hora de decirlo con todas las letras: la patria no se vende, y mucho menos al mejor postor con dólares sucios en la valija.