Vicentin en ruinas: El fracaso de Milei y su gobierno ante la debacle de una empresa clave
En el país donde los grandes grupos económicos siguen ganando fortunas mientras el pueblo se hunde en la miseria, la crisis de Vicentin se convierte en un nuevo símbolo del fracaso absoluto del gobierno de Javier Milei. La empresa agropecuaria que alguna vez fue un pilar de la economía argentina, hoy está al borde de la quiebra, y su futuro -y el de 3.000 familias- depende de un hilo que el gobierno de Milei, o más bien su indiferencia, no ha sido capaz de sostener.
POLITICA INTERIOR
Federica Perez
2/26/20254 min read


La situación de Vicentin, que ya arrastraba una crisis financiera feroz, se agravó aún más tras un fallo judicial que rechazó la homologación del concurso de acreedores, y con ello, la posibilidad de seguir adelante con un plan de pagos a sus deudores. Pero aquí viene lo más preocupante: la propia empresa ha admitido que podría no poder pagar los salarios de sus trabajadores. Así, 3.000 empleos, los cuales representan el sustento de miles de familias, están en peligro. Y lo peor de todo es que mientras los trabajadores se debaten entre el hambre y la angustia, el gobierno nacional de Milei sigue mirando hacia otro lado, como si esto no fuera con ellos.
Un gobierno ausente y un país sin rumbo
Mientras la crisis de Vicentin amenaza con dejar en la calle a miles de trabajadores, el presidente Milei sigue envuelto en sus promesas de "cambio", pero jamás se ve el verdadero respaldo a la industria nacional. En lugar de tomar medidas concretas para salvar a una de las principales empresas del país, el gobierno se limita a dar discursos vacíos y abrazar el "libre mercado", ese que, al final, termina castigando a los que menos tienen.
La ministra de Economía, Silvina Batakis, junto con el resto de los funcionarios del gobierno de Milei, parecen más preocupados por generar titulares internacionales que por ocuparse de lo que realmente le importa a la gente: salvar empleos, mantener la producción nacional y garantizar que las empresas no se caigan a pedazos por el mal manejo de los intereses de los poderosos.
Un fallo judicial que no es aislado
Y no es que la justicia no esté actuando. Lo que se está poniendo en evidencia es un sistema que, con la complicidad de un gobierno neoliberal, está dejando que los grandes grupos económicos jueguen con el futuro de los trabajadores. El fallo judicial de la Corte Suprema de Santa Fe, que rechazó la homologación del concurso de acreedores, es solo una muestra de cómo el poder judicial y el Ejecutivo están alineados para beneficiar a las grandes corporaciones mientras los trabajadores quedan desamparados.
El acuerdo propuesto por Vicentin -que incluía un pago inicial de US$ 30.000 para sus acreedores más pequeños- podría haber sido una solución, pero un acreedor como Commodities SA, que responde a intereses del grupo Grassi, presentó su rechazo. Y aquí se abre una puerta aún más peligrosa: la posibilidad de que Vicentin sea liquidada y sus activos vendidos al mejor postor, lo que generaría aún más desempleo y devastación económica.
El gobierno de Milei: una maquinaria que se olvida de la gente
Con este escenario, la pregunta es clara: ¿Dónde está el gobierno de Javier Milei? ¿Qué está haciendo para evitar que miles de familias queden en la calle? Por supuesto, la respuesta es la misma que hemos visto en otros casos: un gobierno que no se interesa por la suerte de los trabajadores y que prefiere mirar hacia otro lado cuando el futuro de miles de argentinos está en juego.
Las promesas de Milei de "eliminar los subsidios" y "reducir el gasto público" han quedado reducidas a simples palabras sin contenido. ¿Y la justicia social? ¿Y la defensa del trabajo? No aparece en la agenda de este gobierno, que ha decidido que lo único que importa es el ajuste y el favor a las grandes empresas, incluso si eso significa el sacrificio de los más débiles.
Los gremios defienden a los trabajadores
Mientras tanto, los sindicatos no se quedan de brazos cruzados. La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso de la Argentina y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento de San Lorenzo han dejado en claro que no permitirán que un solo puesto de trabajo se pierda. "No seremos simples testigos de la liquidación de Vicentin", han afirmado, responsabilizando a los empresarios de la situación y exigiendo respuestas urgentes.
Pero, lamentablemente, las respuestas no vienen de la Casa Rosada. En lugar de trabajar para salvar a la empresa y a los puestos de trabajo, el gobierno de Milei sigue haciendo campaña a favor de los mismos intereses que han hundido a Vicentin. Una vez más, las promesas de cambio se desvanecen en el aire, dejando a los trabajadores como rehenes de un sistema económico que solo favorece a unos pocos.
Conclusión: El fracaso de un gobierno que prefiere el ajuste a la justicia social
La situación de Vicentin es la prueba más clara de que este gobierno no está preparado para enfrentar los desafíos económicos y sociales que realmente importan. La indiferencia de Milei y su equipo ante la crisis de una de las empresas más importantes del país es una muestra más de que su modelo económico solo busca beneficiar a las grandes corporaciones, mientras que los trabajadores, esos que realmente sostienen el país, se ven obligados a pelear por su supervivencia.
Mientras el gobierno de Milei sigue en su camino de ajuste y destrucción del empleo, el pueblo argentino se enfrenta a un futuro incierto. Y es que, cuando un gobierno se olvida de la gente, el único futuro que queda es el de la ruina.